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EL DÍA QUE LA PIFIAMOS
Nos habíamos acostumbrado a la gloria. Hicimos la carroza del pilón y ganamos, hicimos otra en la que había un pescador y del río salía una pata de cangrejo gigante y ganamos.
Al año siguiente (1.979) coincidiendo con el "año internacional del niño" se nos ocurrió hacer una cara de payaso de 8 metros de altura compuesta por globos de distintos colores que, rellenados con helio y pegados unos a otros, se elevaría y desplegaría una pancarta haciendo alusión al año del niño.
Lo programamos todo, tuvimos que ir a Valladolid a por el helio con un permiso para manipular gases que alguien nos dio. La Lola (mujer de Facundo) se ofreció a regalarnos un montón de globos y todo estaba preparado.
Teníamos la plantilla y la elaboración de la carroza se tenía que hacer antes del desfile para evitar que los globos no aguantasen. Habíamos probado el pegamento para que no se comiera el caucho de los globos y funcionaba.
Empezó la faena entre sueño y resaca del sábado y pronto descubrimos que había globos que se desinflaban, unos sí y otros, lo que hacía imposible el resultado que queríamos. Con gran decepción por nuestra parte tuvimos que desistir e improvisar porque al desfile teníamos que salir.
Antes habíamos creado expectación diciendo que "lo de este año es una sorpresa que no se la imagina nadie", lo manteníamos en secreto, estábamos encantados.
El final fue que el remolque iba tapado con una lona, como estaba previsto, pero debajo solo había globos sueltos hinchados. Nosotros, sentados alrededor porque estábamos sin ganas de bailar por el cansancio en el fracaso, íbamos dando globos a los niños y cuando llegamos a la plaza soltamos todos los globos que nos quedaban y, nuestra esperada sorpresa no fue tanto.
Los globos, después nos enteramos, los teníamos que haber comprado de esos que son más resistentes. Para una vez que habíamos conseguido un patrocinador no salió bien la apuesta.
Esto es una muestra de que se hacían muchas cosas y se trabajaba para que saliera bien, para demostrar de que en Herrera había peñas que podían engrandecer un desfile sin necesidad de contratar y pagar peñas de fuera. (Esto se hizo, en Herrera ha costado reconocer lo que era de Herrera y esto lo dice uno que está muy orgulloso de ser de Herrera, yo)
Nos habíamos acostumbrado a la gloria. Hicimos la carroza del pilón y ganamos, hicimos otra en la que había un pescador y del río salía una pata de cangrejo gigante y ganamos.
Al año siguiente (1.979) coincidiendo con el "año internacional del niño" se nos ocurrió hacer una cara de payaso de 8 metros de altura compuesta por globos de distintos colores que, rellenados con helio y pegados unos a otros, se elevaría y desplegaría una pancarta haciendo alusión al año del niño.
Lo programamos todo, tuvimos que ir a Valladolid a por el helio con un permiso para manipular gases que alguien nos dio. La Lola (mujer de Facundo) se ofreció a regalarnos un montón de globos y todo estaba preparado.
Teníamos la plantilla y la elaboración de la carroza se tenía que hacer antes del desfile para evitar que los globos no aguantasen. Habíamos probado el pegamento para que no se comiera el caucho de los globos y funcionaba.
Empezó la faena entre sueño y resaca del sábado y pronto descubrimos que había globos que se desinflaban, unos sí y otros, lo que hacía imposible el resultado que queríamos. Con gran decepción por nuestra parte tuvimos que desistir e improvisar porque al desfile teníamos que salir.
Antes habíamos creado expectación diciendo que "lo de este año es una sorpresa que no se la imagina nadie", lo manteníamos en secreto, estábamos encantados.
El final fue que el remolque iba tapado con una lona, como estaba previsto, pero debajo solo había globos sueltos hinchados. Nosotros, sentados alrededor porque estábamos sin ganas de bailar por el cansancio en el fracaso, íbamos dando globos a los niños y cuando llegamos a la plaza soltamos todos los globos que nos quedaban y, nuestra esperada sorpresa no fue tanto.
Los globos, después nos enteramos, los teníamos que haber comprado de esos que son más resistentes. Para una vez que habíamos conseguido un patrocinador no salió bien la apuesta.
Esto es una muestra de que se hacían muchas cosas y se trabajaba para que saliera bien, para demostrar de que en Herrera había peñas que podían engrandecer un desfile sin necesidad de contratar y pagar peñas de fuera. (Esto se hizo, en Herrera ha costado reconocer lo que era de Herrera y esto lo dice uno que está muy orgulloso de ser de Herrera, yo)
