Yo también me he reído mucho con las ocurrencias de Lydia y Chus y comparto la fascinación por los fuegos y el pánico a la
vaca de fuego. ¡Qué capacidad de asombro y de disfrute! ¡Qué requetebién lo pasábamos!
Como dice Félix, ver montar los
coches de choques era el preludio de las
fiestas y yo tampoco me lo perdía. Lo que también nos generaba mucha expectación era la llegada del
coche. Íbamos corriendo a la Placilla para ver quien llegaba, esperar a algún familiar, alguna
amiga..., y si no venía
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