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HERRERA DE PISUERGA: Mi padre, cuando se jubiló, las solía barnizar de vez...

Aunque yo lo recuerdo vagamente, quiero traer este tema al foro porque creo que hasta ahora no se había comentado y seguro, seguro que muchos de vosotros lo recordaréis. Y seguro también que lo podréis explicar mejor que yo.

El tema son las capillas itinerantes. Aquellos armaritos de madera con una pequeña asa en la parte superior para el traslado, y que al abrir las portezuelas se convertía en una pequeña capilla que guardaba un virgen en su interior. La base era un cajón con cerradura para la limosna. Se pasaba de una vecina del pueblo a otra, siguiendo una lista y el mismo orden, y creo que permanecía un día en cada casa. A la mía, si no recuerdo mal, llegaba María Auxiliadora, a la que alumbrábamos con lamparillas de aceite. No sé cuantas vírgenes había, creo recordar también una Virgen del Carmen.
Después de la década de los 60, que es de cuando hablo, desconozco cuanto tiempo más duró esta costumbre.
Y ahora que os he dado pie, espero que alguno de vosotros amplie esta información.

Mi padre, cuando se jubiló, las solía barnizar de vez en cuando.
Creo que había de MARÍA AUXILIADORA, LA VIRGEN DEL CARMEN y EL CORAÓN DE JESÚS.
Cualquier niño de la época le ha tocado llevarla al vecino de al lado. Dependiendo de la lista estaba un día o más, la idea era que hiciera un recorrido al mes. Creo que había más de una, una para cada ruta. Lo del cartoncillo redondo con la mecha era real y, se ponía agua para que subiera el nivel y no gastar aceite.
Puede parecer historia profunda, pero era así y creo que todavía sigue.