Lo de ir a por la leche era uno de los recados habituales que hacíamos las chiguitas todas las tardes. Yo recuerdo ir donde la Pacita, en la calle Corredera. Me encantaba ver las medidas puestas en fila encima de la mesa y no se me ha olvidado el olor característico que tenía la lechería.
De vuelta a casa con la lechera llena, jugábamos a dar vueltas con el brazo estirado y a toda velocidad, y comprobar que la leche no se caía. Cogimos una habilidad asombrosa, aunque hubo algún "accidente" que otro y se soltó alguna lágrima.
La trévede, ésto si que son oficios para el recuerdo. Me ha encantado la sutileza y finura con la que se hacen propaganda en el anuncio que nos enseñas, ("con el esmero acostumbrado").
Saludos
De vuelta a casa con la lechera llena, jugábamos a dar vueltas con el brazo estirado y a toda velocidad, y comprobar que la leche no se caía. Cogimos una habilidad asombrosa, aunque hubo algún "accidente" que otro y se soltó alguna lágrima.
La trévede, ésto si que son oficios para el recuerdo. Me ha encantado la sutileza y finura con la que se hacen propaganda en el anuncio que nos enseñas, ("con el esmero acostumbrado").
Saludos
Chus, yo estrellé la lechera de la Piedacita Pérez (la hija de Angelillo) contra la pared. Y creo que su madre nunca me lo perdonó.
También recuerdo ir a por la leche donde Piedad, que estaba casada con Parmenio. Tenía las uñas pintadas y me encantaba el contraste de las uñas rojas, con la leche tan blanca cuando hundía el cuartillo. Ya ves tú en que cosas me fijaba de pequeña.
También recuerdo ir a por leche alguna vez donde la Montse, la madre de Canene. Y luego, ya, de mayor, recuerdo a Isabel, Bielba (no sé si es con v o con b).
La hora de ir a por la leche, era la hora en que "fichábamos" en casa de mi abuela. Si para esa hora no había dado señales de vida, ya tenía bronca al canto.
La Trébede tiene razón. Esto da lugar a muchas anécdotas. A contar, toca.
También recuerdo ir a por la leche donde Piedad, que estaba casada con Parmenio. Tenía las uñas pintadas y me encantaba el contraste de las uñas rojas, con la leche tan blanca cuando hundía el cuartillo. Ya ves tú en que cosas me fijaba de pequeña.
También recuerdo ir a por leche alguna vez donde la Montse, la madre de Canene. Y luego, ya, de mayor, recuerdo a Isabel, Bielba (no sé si es con v o con b).
La hora de ir a por la leche, era la hora en que "fichábamos" en casa de mi abuela. Si para esa hora no había dado señales de vida, ya tenía bronca al canto.
La Trébede tiene razón. Esto da lugar a muchas anécdotas. A contar, toca.
Es verdad, la medida se llamaba cuartillo, ¿había otros nombres para el resto de medidas?
Un cuartillo también era el cuarterón o postigo de las ventanas. ¡Hay que ver la de palabras que tenía perdidas en la memoria!
......... Y trébede se escribe con "b", no sé por qué siempre me pega con "v". Lo copiaré 100 veces a ver si lo aprendo de una vez, ja, ja
Un cuartillo también era el cuarterón o postigo de las ventanas. ¡Hay que ver la de palabras que tenía perdidas en la memoria!
......... Y trébede se escribe con "b", no sé por qué siempre me pega con "v". Lo copiaré 100 veces a ver si lo aprendo de una vez, ja, ja
Recuerdo una frase que solo se puede decir y entender por esa zona hay va: EL CHIGUITO CORITO SE ESCOLINGA POR EL ARAMBOL. Hay queda eso
yo decia otra frase parecida aunque no tiene mucho sentido, nose.. igual lo aprendi mal de pequeña y se me quedo asi: CHIGUITO RABITO, CARA DE CUCHAR, HA DICHO TU MADRE QUE VAYAS A CENAR. Alguien recuerda ésto o algo que se le parezca?
Je, je, en la versión que me se yo decían decían "rabo de cuchar, en lugar de "cara de cuchar.
Ya me repito como si fuera una anciana. Tachen el decían repetido del anterior mensaje....