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HERRERA DE PISUERGA: Yo tengo un recuerdo entrañable. Cuando pintaron la...

Yo tengo un recuerdo entrañable. Cuando pintaron la iglesia las misas se decían en la Ermita. La obra fue larga porque se reformaron muchas cosas (respecto a los pintores puedo contaros que participaron todos los pintores profesionales de Herrera repartiéndose el trabajo, así no hubo favoritos). A los monaguillos nos tocaba ir a la Ermita y se decía una misa por la mañana pronto.
La iglesia se acabó para el día de La Piedad y la semana anterior, como casi siempre, hizo mucho frío, llegó a caer aguanieve y cuando llegábamos a la Ermita subíamos a la cocina del ermitaño y nos daba un basito de "guindas con orujo". La edad era de niño pero el ermitaño decía que eso era bueno para entrar en calor y para el dolor de tripa. Casi no llego a poner cara a los curas que había, salvo don Félix pero como era el jefe no venía por la mañana, mandaba a el segundo de a bordo, tampoco tengo muy claro la cara del ermitaño y de su mujer pero de las guindas sí que me acuerdo.

Llegó La Piedad, con el temor de siempre, ¿hará frío?. 12 de la mañana, salió la procesión, salió el sol y por la tarde a los toros. Estos cambios climáticos no se a que se debían pero eran habituales el día de la Piedad, cada uno tendrá su explicación.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Félix, ¿por qué será que esas cosas no se olvidan? En mi casa siempre había un botellón con guindas en orujo. Mi hermana Rosi y yo, teníamos verdadera afición a "pescarlas" con una aguja de punto y por supuesto a degustarlas después. ¡Que ricas! Aunque al rechupetearlas nos hiciesen guiñar un ojo.....
Entre la Quina San Clemente y las guindas, no sé yo como hemos salido tan abstemias.