HERRERA DE PISUERGA: Se nota que los aires de Herrera te han sentado bien...

La verdad es que si me cruzo contigo no te habría conocido a la primera. Después de verla un rato si te adivino. Me hubiera gustado estar allí porque si disfrutamos aquí cuando nos juntamos unos pocos, me puedo imaginar cuando se junta tanta gente y en el origen de esta nueva amistad que se ha creado entre herrerenses repartidos por toda España.
Iré repasando todos lo que habéis escrito estos días.

AnaO, estoy decepcionado contigo. Paso a intentar contarte el porque y la vez que sepas algo de mi vida.
En mi infancia tenía un concepto de los pelirrojos y pecosos que prefiero no comentarte, En esos tiempos, el ocio lo dedicaba a cazar grillos, pero llego la adolescencia y pase de cazar grillos a intentar cazar otros seres vivientes, las técnicas de cazas eran muy distintas, los grillos los cazaba en las eras que hay frente al silo de los cereales, las mismas consistían en acercarme sigilosamente hacía el lugar de donde procedía el sonido del animal, una vez descubierta su guarida, con una pajita se le hacía salir al grillo, el cual era introducido en un bote con una hoja de lechuga, para que produjese el consabido ruido de estos invertebrados, en esos tiempos como no teníamos MP3, ni otros instrumentos similares, recurríamos a estos animalitos para oír música.. Los otros seres vivientes eran más difíciles de cazar, para empezar tenias que pagar una entrada a una discoteca, donde el ruido era ensordecedor, lo que podía perjudicar el sistema auditivo. Para poder comunicarte, se tenía que elevar la voz, las cuerdas vocales en ocasiones quedaban afectadas. El aire era irrespirable por motivo del tabaco, las consecuencias ya las sabemos. Después venía las tácticas de caza, que solía empezar con la pregunta ¿bailas? La respuesta era: NO, así una vez y otra, ante esta situación, me decidí por el cine, recuerdo haber visto una película de Luis de Funes, titulada “las locas aventuras de Rabit Jacot” (no se si esta bien escrito), en la que la protagonista femenina era una pelirroja y pecosa, se ajustaba a los más exigentes cánones de belleza, entre ellos que el número de pecas por centímetro cuadro tiene que ser cinco, pues lo cumplía a la perfección, desde ese momento mi opinión por las chicas con esas caracterizas cambio radicalmente de la que tenía en mi infancia Me dije: yo quiero una de esas, busque y busque y no encontré, entonces comprendí que las cosas buenas escasean, pero localice una en la zona de correos en Palencia, la cola era largisima para acceder a ella, había que sacar número, así que renuncie a cualquier intento, me dije: me conformare con una de aspecto normal y así sucedió.
El motivo por el que estoy decepcionado contigo, es porque esperaba verte pecosa ¿y que me encuentro? Una cara totalmente limpia e inmaculada, sin rastro de ninguna peca,
Te pregunte ¿Y las pecas?. Me dijiste que se te notaban cuando tomabas el sol.
El próximo viaje que realice a Herrera, será en el mes de Agosto de no se que año.
Espero que te guste el relato, en el mismo hay algo que es real y algo que se aleja de la realidad, como se que eres muy inteligente, sabrás seleccionarlo.
Un abrazo.

Se nota que los aires de Herrera te han sentado bien y, además, han sacado de tu interior una vena literaria que deberías explotar. Lydia propone el título "Las pecas y su incidencia en la infancia de un chiguito de Herrera" aunque dice que no debería ser tan largo. Yo propongo que, como ahora está de moda ese tipo de título, sea válido el de Lydia o "La chica que tenía un aspecto normal cuando el sol estaba nublado"
Impresionante relato, tienes que ir más por Herrera, te sienta bien.

Como no te lo ha dicho nadie y aunque soy colchonero, enhorabuena por lo del miércoles santo.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Felix y otros foreros, ahora estoy un poco liado para hablar de mi corta visita a Herrera, en un futuro no muy lejano escribire sobre esto y otros motivos, asi que un poco de paciencia.
un saludo