Creo que no nos leíste en su momento, pero Gigantea y yo, ya "salivamos" con los jerejitos hace unos meses ya. ¿Recuerdas, Pedro? Un dulce delicioso y tan de Herrera.
Arambol, quizás Talega no se acuerde de ti o de tus hermanos. Yo, sin embargo, sí y tengo una explicación más sencilla al hecho de que no participarás en los juegos. Simplemente, era la edad. Para ti, seríamos unas crías, aunque nos lleves pocos años. Cuando somos niños, las pequeñas distancias de edad, son enormes. Y eso de que las niñas mandaban en los juegos, no es del todo cierto. Hemos jugado lo justo a la comba, a las gomas, a los cacharritos y al resto de juegos femeninos. En esa calle se jugaba mucho mucho también al escondeberite y al churro mediamanga, a las tabas, etc. Juegos, no muy de niñas precisamente, e incluso, puestos a recordar, recuerdo una pelea gloriosa en las eras, de casi toda la chiguitada de la calle Doctor Abad con otros chiguitos que vivían en la Panera. Perdimos, por cierto. Mi abuela me llamaba chicazo y no era en vano. Recuerdo a tu hermano Adolfo, que también hacía de las suyas y te recuerdo a tí, también, Arambol. Para mí, pertenecías al grupo, llamésmole, de los hermanos mayores, innacesibles e intocables, que estaban a otras cosas y que, por supuesto, no jugaban con los más pequeños y mucho menos, si eran niñas. He pasado casi, hasta que tuve 24 años, 3 meses completos de verano cada año en Herrera (sin contar navidades y semanas santas) y ahora veo lo que han dado de sí. Todavía me acuerdo y no idealizo los recuerdos, porque había cosas buenas y cosas malas, como en botica. Pero, las niñas no imponían nada, era que a cierta edad, uno no está para ciertas historias.
Un saludo, Arambol, por ser vecino. Y un beso a la niña Talega, por ser vecina.
Arambol, quizás Talega no se acuerde de ti o de tus hermanos. Yo, sin embargo, sí y tengo una explicación más sencilla al hecho de que no participarás en los juegos. Simplemente, era la edad. Para ti, seríamos unas crías, aunque nos lleves pocos años. Cuando somos niños, las pequeñas distancias de edad, son enormes. Y eso de que las niñas mandaban en los juegos, no es del todo cierto. Hemos jugado lo justo a la comba, a las gomas, a los cacharritos y al resto de juegos femeninos. En esa calle se jugaba mucho mucho también al escondeberite y al churro mediamanga, a las tabas, etc. Juegos, no muy de niñas precisamente, e incluso, puestos a recordar, recuerdo una pelea gloriosa en las eras, de casi toda la chiguitada de la calle Doctor Abad con otros chiguitos que vivían en la Panera. Perdimos, por cierto. Mi abuela me llamaba chicazo y no era en vano. Recuerdo a tu hermano Adolfo, que también hacía de las suyas y te recuerdo a tí, también, Arambol. Para mí, pertenecías al grupo, llamésmole, de los hermanos mayores, innacesibles e intocables, que estaban a otras cosas y que, por supuesto, no jugaban con los más pequeños y mucho menos, si eran niñas. He pasado casi, hasta que tuve 24 años, 3 meses completos de verano cada año en Herrera (sin contar navidades y semanas santas) y ahora veo lo que han dado de sí. Todavía me acuerdo y no idealizo los recuerdos, porque había cosas buenas y cosas malas, como en botica. Pero, las niñas no imponían nada, era que a cierta edad, uno no está para ciertas historias.
Un saludo, Arambol, por ser vecino. Y un beso a la niña Talega, por ser vecina.