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HERRERA DE PISUERGA: Esta fotografía, me recuerda en cierto modo, la costumbre...

Esta fotografía, me recuerda en cierto modo, la costumbre que había en aquella época de bendecir el coche cuando alguien lo estrenaba. El protocolo ceremonial consistía en aparcar el coche junto a la placilla de la iglesia, seguidamente salía el sacerdote revestido con el roquete blanco y la estola, llevando en la mano el libro donde seguramente debía figurar el rito a celebrar. Acompañaba a éste el monaguillo portando el hisopo dentro del calderillo del agua bendita. A continuación y una vez llegados adonde estaba el auto, el sacerdote procedía con el rezo correspondiente y rociaba con el hisopo tanto el interior como el exterior del coche. Yo, alguna vez asistí a este tipo de ritual con mi tío, D. Félix Núñez, estando de cura-párroco en Herrera. En una ocasión y con este motivo, la persona a la cual se bendijo el vehículo, haciendo un alarde de generosidad me dejó caer una pequeña propina de 50 pesetas (para mí una fortuna) y dijo: "Toma, niño para que te compres un mantecado". La bendición aquel día, correspondió a un automóvil modelo R-8 blanco. Todavía me acuerdo.