En esta fotografía se puede ver, entre otros al señor Tete como se le acostumbraba a llamar en Herrera. Era el marido de otra persona no menos entrañable, la señora Sión que regentaba el kiosko de pipas y golosinas que hubo durante muchos años en la plaza mayor, junto al palacio del cristal. El señor Tete con su carrito, iba de acá para allá vendiendo su mercancía, ora en la puerta del campo de fútbol, ora en la entrada del cine Arroyo. Y también con la cesta que aparece en la imágen, colgada del cuello. Yo conservo un vago recuerdo de su persona, pero de la que más me acuerdo es de la señora Sión, ya que fuimos vecinos muchos años.