He aquí nuestra particular "capilla sixtina" herrerense, que maravillosos frescos nos dejó ese pintor de nombre D. Mariano Lantada. Pero el motivo de mi comentario, en este caso no serán las pinturas de nuestra ermita, sino la tradición de ofrecer el día quince de agosto (festividad de la Asunción de Nuestra Señora) unos corderos para nuestra patrona de La Piedad. Según me contaron en cierta ocasión, estos animales formaban parte del rebaño que tenía la Madre del Señor y, por lo que dicha ofrenda debía venir de muy antiguo. De unos años a esta parte, por lo que tengo entendido, ya no se conserva dicha tradición. Estos corderos eran donación del carnicero que fue de Herrera, señor Julio Maestro. La eucaristía que se celebraba en la ermita en este día de la Asunción de María, tenía lugar a la una del mediodía y estaba presidida por D. Sabino Marcos, que fue sacerdote en Herrera muchos años y que al jubilarse estuvo residiendo en esta localidad hasta su fallecimiento.