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Miraté bien la dirección, porque no me ha llegado nada.
felix@manolojotta. es
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He visto que había un espacio entre el punto y "es". Puede que sea eso por o que no llegue. Ya sabes que los "carteros electrónicos" son tontos, no son como los que había en Herrera. Ponías Balbino, Herrera, Palencia y llegaba la carta a tu casa sin problemas. El carteo era el que mejor conocía el pueblo, sus gentes y sus casas. Traían las buenas y malas noticias y yo creo que hasta lo intuían. Recuerdo, cuando vivía encima de le central de teléfonos, que llegaba el cartero, hacia sonar el silbato y gritaba: "teléfonos, Manolo" y bajábamos a recoger el correo. También existía el telegrama, sistema de mensajería más rápido que el teléfono, por aquello de las demoras, te lo traían a casa rápidamente. Se pagaba por palabras y cada frase tenía como final la palabra "stop". Lo malo era que casi siempre se utilizaban para dar noticias tristes y se corria la voz por el pueblo: "fulano h recibido un telegrama..."
Como ha cambiado la comunicación, ahora tienes que estar localizable hasta en tu intimidad. Una pregunta que se hace ahora es ¿donde estás?. Antes estabas a un máximo de 2 metros de la base del teléfono que estaba en un rincón del salón comedor de tu casa con un pañito bordado a mano, por supuesto, para que no rayara el mueble.
Su sonido sobresaltaba, no era habitual quedar por teléfono o hablar porque sí con un amigo o conocido. Yo creo que había gente que no llegaba a consumir el mínimo que cobraba la Telefónica. ¿Recordáis los marcapasos que había en los bares, por ejemplo, que luego te cobraban a 2 o 3 pesetas?
Aquí hay un par de temas que también pueden dar mucho juego. Otro día hablaré de la sala de juegos de la Ina, cuantas horas, cuantos recuerdos... Era nuestro refugio, los padres sabían que estábamos allí y casi nunca entraban...
He visto que había un espacio entre el punto y "es". Puede que sea eso por o que no llegue. Ya sabes que los "carteros electrónicos" son tontos, no son como los que había en Herrera. Ponías Balbino, Herrera, Palencia y llegaba la carta a tu casa sin problemas. El carteo era el que mejor conocía el pueblo, sus gentes y sus casas. Traían las buenas y malas noticias y yo creo que hasta lo intuían. Recuerdo, cuando vivía encima de le central de teléfonos, que llegaba el cartero, hacia sonar el silbato y gritaba: "teléfonos, Manolo" y bajábamos a recoger el correo. También existía el telegrama, sistema de mensajería más rápido que el teléfono, por aquello de las demoras, te lo traían a casa rápidamente. Se pagaba por palabras y cada frase tenía como final la palabra "stop". Lo malo era que casi siempre se utilizaban para dar noticias tristes y se corria la voz por el pueblo: "fulano h recibido un telegrama..."
Como ha cambiado la comunicación, ahora tienes que estar localizable hasta en tu intimidad. Una pregunta que se hace ahora es ¿donde estás?. Antes estabas a un máximo de 2 metros de la base del teléfono que estaba en un rincón del salón comedor de tu casa con un pañito bordado a mano, por supuesto, para que no rayara el mueble.
Su sonido sobresaltaba, no era habitual quedar por teléfono o hablar porque sí con un amigo o conocido. Yo creo que había gente que no llegaba a consumir el mínimo que cobraba la Telefónica. ¿Recordáis los marcapasos que había en los bares, por ejemplo, que luego te cobraban a 2 o 3 pesetas?
Aquí hay un par de temas que también pueden dar mucho juego. Otro día hablaré de la sala de juegos de la Ina, cuantas horas, cuantos recuerdos... Era nuestro refugio, los padres sabían que estábamos allí y casi nunca entraban...