Aquella sala de juegos en la que pasábamos muchos ratos. Era el sitio ideal para pasar la tarde del domingo con las amigas, jugando al futbolín y escuchando música. Recuerdo que había mesas de ping-pong, los dos juegos que dice Lydia del platillo y las manoplas, los futbolines, creo que también había billares (aunque yo no los utilizaba) y aquel mostrador en el que solía estar Ina o Gualberto. Y como no, la máquina de los discos en la que recuerdo sonaba (el chico de la armónica de Miky) entre otras canciones del momento.
Recuerdo la infinita paciencia que tenían cuando se nos atascaba la moneda y no salían las bolas del futbolín.
Esta pasada Semana Santa me encontré con Ina y Rosa en Herrera, desde aquí un abrazo muy fuerte para todos los hermanos, Rosa, Ina, Gualberto y Aurori.
Recuerdo la infinita paciencia que tenían cuando se nos atascaba la moneda y no salían las bolas del futbolín.
Esta pasada Semana Santa me encontré con Ina y Rosa en Herrera, desde aquí un abrazo muy fuerte para todos los hermanos, Rosa, Ina, Gualberto y Aurori.