Piedad, creo que es la presa de la chopa del río Burejo, no la presa del Rey.
Impresionante lo concurridA que está, a escasos metros de ahí, aprendí a nadar.
Un saludo.
Impresionante lo concurridA que está, a escasos metros de ahí, aprendí a nadar.
Un saludo.
Maca, gracias por corregirme.
Cuando mis amigas se quejan del agua fría de las piscinas cubiertas yo las digo que aprendí a nadar en las gélidas aguas del Pisuerga agarrada a juncos. Un beso.
Cuando mis amigas se quejan del agua fría de las piscinas cubiertas yo las digo que aprendí a nadar en las gélidas aguas del Pisuerga agarrada a juncos. Un beso.
Que levanten la mano, todos los chiguitos que han aprendido a nadar en la Chopa.
Maca, creo que lo dijo. Yo, tambien. ¿Quién sigue?
Maca, creo que lo dijo. Yo, tambien. ¿Quién sigue?
apuntame a la lista,
Un día de estos contare como sucedio.
Un día de estos contare como sucedio.
En este foro se me han presentado tres retos, conocer la identidad de Popis, saber quien es Marino 9 y ubicar el bar “la Rioja”, a ninguno de los tres he conseguido ponerles solución, no me han quitado el sueño,
Lo que me quitaba el sueño en edad infantil, era saber nadar, había niños de mi edad que presumían de este hecho. Yo me encontraba con un obstáculo inmenso, tan grande como una montaña de granito, este obstáculo era mi madre, ésta no me dejaba pisar el agua si no era en su presencia y cuando se producía uno de estos momentos que sucedía poco a lo largo de un verano, era en un lugar que apenas cubría, por lo que no conseguía aprender a nadar.
En esta situación se encontraban otros niños de misma edad o parecida, por lo que decidimos poner en práctica la formación adecuada para aprender, el lugar elegido tenía que ser uno donde no pasase mucha gente, se corría el riesgo de que alguien se lo dijese a nuestras madres, la elección recayó en el rio Burejo a su paso por las inmediaciones de la cueva “la Mora”, en este lugar lo intentábamos una y otra vez, no había manera, parecíamos de plomo, pero no decaían nuestros esfuerzos por conseguirlo.
Con el paso del tiempo comprobábamos nuestra seguridad de que nuestras madres no se enterarían de nuestro secreto, por lo que no acercamos a la chopa donde había más gente, por lo que era más entretenido, allí un sábado por la tarde conseguí mover mis brazos al estilo perro y la vez mis piernas, lo que dio por resultado que flotaba sobre el agua. Al día siguiente, domingo por la mañana, atravesé nadando la anchura de este lugar, fue un día glorioso, a todos mis amigos se lo contaba como si hubiese logrado una proeza iniguable
Un saludo
Lo que me quitaba el sueño en edad infantil, era saber nadar, había niños de mi edad que presumían de este hecho. Yo me encontraba con un obstáculo inmenso, tan grande como una montaña de granito, este obstáculo era mi madre, ésta no me dejaba pisar el agua si no era en su presencia y cuando se producía uno de estos momentos que sucedía poco a lo largo de un verano, era en un lugar que apenas cubría, por lo que no conseguía aprender a nadar.
En esta situación se encontraban otros niños de misma edad o parecida, por lo que decidimos poner en práctica la formación adecuada para aprender, el lugar elegido tenía que ser uno donde no pasase mucha gente, se corría el riesgo de que alguien se lo dijese a nuestras madres, la elección recayó en el rio Burejo a su paso por las inmediaciones de la cueva “la Mora”, en este lugar lo intentábamos una y otra vez, no había manera, parecíamos de plomo, pero no decaían nuestros esfuerzos por conseguirlo.
Con el paso del tiempo comprobábamos nuestra seguridad de que nuestras madres no se enterarían de nuestro secreto, por lo que no acercamos a la chopa donde había más gente, por lo que era más entretenido, allí un sábado por la tarde conseguí mover mis brazos al estilo perro y la vez mis piernas, lo que dio por resultado que flotaba sobre el agua. Al día siguiente, domingo por la mañana, atravesé nadando la anchura de este lugar, fue un día glorioso, a todos mis amigos se lo contaba como si hubiese logrado una proeza iniguable
Un saludo