Cierto es que en Herrera siempre han existido espacios de ocio para todas las edades.
Recuerdo que, aunque yo era de las escuelas, los domingos en el colegio de los Salesianos teníamos todos los niños un espacio de sala de juegos y televisión en la que pasábamos todo el día y por la tarde había cine. Lo hacían en el comedor y con un proyector que tenía ese sonido de traqueteo característico. Cada cambio de royo era un descanso y ha veces había cortes de cinta o se paraba el royo y se quemaba el celuloide haciendo imágenes surrealistas. Al final todos acabábamos aplaudiendo al "chico" (protagonista de la película que siempre ganaba.
Luego vino la "sala de Juegos". El otro día los foreros de Barcelona tuvimos la presencia de Ina, que durante unos años regentó la sala en la que pasábamos horas y horas jugando o viendo jugar. Me hizo mucha ilusión recordar aquellos tiempos.
Del cine Arroyo, recuerdo que iba con mis tías cuando era tolerada. Ellas tenían butaca fija en la fila 12, butacas 1 y 3. Yo me sentaba entre las 2. Luego cuando fuimos creciendo, nuestra ilusión era poder entrar en las películas de mayores. A mi me ayudaba la estatura pero no siempre lo conseguía, dependía del portero que si te conocía, sabía que no llegabas a la edad. Además no se tenían que enterar en casa. No se si l sabéis, pero en el pórtico de la iglesia ponían la calificación eclesiástica de la película y a veces el sacerdote de turno advertía de los peligros de la película que proyectaban ese domingo, a todo le encontraban el pecado. También recuerdo el bar y aquel olor penetrante que subía por la escalera que daba a los servicios, naturaleza pura.
Luego vino el YUDY, con su sala y su terraza, del que tantos recuerdos hemos comentado.
Esto nos ha hecho una juventud entretenida y nos traen unos recuerdos agradables.
Recuerdo que, aunque yo era de las escuelas, los domingos en el colegio de los Salesianos teníamos todos los niños un espacio de sala de juegos y televisión en la que pasábamos todo el día y por la tarde había cine. Lo hacían en el comedor y con un proyector que tenía ese sonido de traqueteo característico. Cada cambio de royo era un descanso y ha veces había cortes de cinta o se paraba el royo y se quemaba el celuloide haciendo imágenes surrealistas. Al final todos acabábamos aplaudiendo al "chico" (protagonista de la película que siempre ganaba.
Luego vino la "sala de Juegos". El otro día los foreros de Barcelona tuvimos la presencia de Ina, que durante unos años regentó la sala en la que pasábamos horas y horas jugando o viendo jugar. Me hizo mucha ilusión recordar aquellos tiempos.
Del cine Arroyo, recuerdo que iba con mis tías cuando era tolerada. Ellas tenían butaca fija en la fila 12, butacas 1 y 3. Yo me sentaba entre las 2. Luego cuando fuimos creciendo, nuestra ilusión era poder entrar en las películas de mayores. A mi me ayudaba la estatura pero no siempre lo conseguía, dependía del portero que si te conocía, sabía que no llegabas a la edad. Además no se tenían que enterar en casa. No se si l sabéis, pero en el pórtico de la iglesia ponían la calificación eclesiástica de la película y a veces el sacerdote de turno advertía de los peligros de la película que proyectaban ese domingo, a todo le encontraban el pecado. También recuerdo el bar y aquel olor penetrante que subía por la escalera que daba a los servicios, naturaleza pura.
Luego vino el YUDY, con su sala y su terraza, del que tantos recuerdos hemos comentado.
Esto nos ha hecho una juventud entretenida y nos traen unos recuerdos agradables.