Aunque hay una foto tomada por Ana O en la puerta de su casa, en marzo del año pasado y en ella María Jesús, estaba un poco más llenita (sería el abrigo), da gusto verla ahora en esta foto con esa tez tan buena y esa coquetería de las uñas pintadas. Ambos detalles son buenos y significa que está bien atendida. Nos alegra a todos. Maria Jesús forma parte del paisaje de la memoria de Herrera y todavía me parece oír su voz inconfundible cuando me preguntaba por mi padre. Muchos recuerdos para ella de mi familia, en tu próxima visita, Emilio.