Félix, el año pasado cuando estuve en Herrera también me encontré un pueblo cambiado pero atractivo. No estoy en contra del desarrollo de los pueblos y ciudades, en definitiva de su evolución estétita y arquitectónica. Soy de los pocos en la ciudad en la que resido, Sevilla, al que le gustan las setas de la Encarnación: arquitectura de vanguardia en un casco histórico considerado el más grande de Europa, pero hay espacios que pueden no ser artísticamente importantes, pero sí emblemáticos y a los que un ligero cambio afecta de manera importante su fisonomía. Esta opinión nos es más que eso "una opinión" y, por supuesto, respeto las contrarias. Un saludo.
Lo mio también es un simple comentario y los habrá de todos los tipos. Tan bueno es el tuyo como el mío. El que se hable de las cosas siempre es bueno, eso es que se mueven y están vivas. Lo binito de esto es que podemos contar cosas sobre Herrera.