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Hay dias que cuesta encontrar un tema interesante de conversacion. En cambio otras veces es tal la hiperactividad que pasamos un poco por encima cosas que merecen un capítulo especial. Este es el caso de la pastelería de la Sra. Nati, de la que se hizo referencia el otro día. Gracias a Tope, pudimos hacernos una idea de lo que ese establecimiento fué en aquella época. Yo por desgracia no lo llegué a conocer y si lo hice era tan pequeña que mi memoria no llega. Pero muchas veces en mi casa oí hablar de esa pastelería. Mis hermanos mayores guardan de ella un recuerdo entrañable. Tan espectaculares debían de ser los escaparates que exponían para Navidades que aún hoy no recuerdan haber visto en otro sitio una cosa igual. En aquel espacio convivían todo tipo de figuras de animales hechas de mazapán. Desde las típicas anguilas de diferentes tamaños y decoraciones, metidas todas ellas en sus respectivas cajas de cartón decoradas, lo mismo que, por ejemplo, una colección de cocodrilos que variaban en escala desde el más pequeño hasta el mayor que podía llegar a medir más de un metro. En una ocasión decoraron el escaparate con un cerdo, también de mazapán, abierto en canal y en el que se podían contemplar en el interior todos sus órganos. Debían de ser verdaderas obras de arte.
Cuando cerraron la pastelería de la plaza, creo que la Sra. Nati se fué a vivir a Guardo con una hija, y fué entonces cuando su hijo Pascual abrió la pastelería de la placilla de la iglesia.
Espero que estos detalles hagan recordar a algún forero más, haber pegado su nariz al cristal del escaparate de esta pastelería.
Cuando cerraron la pastelería de la plaza, creo que la Sra. Nati se fué a vivir a Guardo con una hija, y fué entonces cuando su hijo Pascual abrió la pastelería de la placilla de la iglesia.
Espero que estos detalles hagan recordar a algún forero más, haber pegado su nariz al cristal del escaparate de esta pastelería.
