Para LuisaM, Carmina Garcia Puebla, la trébede, Tope y Josean. Como me agrada leer vuestros últimos mensajes en los que habláis y comentáis de hortelanos y productos de la huerta de Herrera, como bien dijo Lydia en su día en este foro. (Mucha cultura tiene Herrera de huertas y hortelanos). De este tema mucho se ha comentado en este foro, es un tema interesante del que se puede seguir hablando largo y tendido. Saludos.
¿Alguien ha llorado por un árbol o una planta? Yo, sí. El día que cortaron el manzano del huerto de mi abuelo Maudilio, reconozco que me llevé un disgusto y lloré de pena. Y no fui la única en la casa. Nos subíamos y bajábamos de él como monos. Y nos encantaban sus manzanas de todos los años.
Decía Saramago que la persona que más le enseñó en su vida, fue su padre, que no sabía leer ni escribir, pero que le enseñó a amar la naturaleza como nadie. Recordaba que cuando se mudaron del campo a la ciudad, su padre fue abrazando como despedida uno a uno, a todos los árboles que tenía.
Creo que entiendo perfectamente ese sentimiento. Supongo que todos los que han trabajado su propia parcela, huerto o huerta, saben más que nadie de estas cosas.
Decía Saramago que la persona que más le enseñó en su vida, fue su padre, que no sabía leer ni escribir, pero que le enseñó a amar la naturaleza como nadie. Recordaba que cuando se mudaron del campo a la ciudad, su padre fue abrazando como despedida uno a uno, a todos los árboles que tenía.
Creo que entiendo perfectamente ese sentimiento. Supongo que todos los que han trabajado su propia parcela, huerto o huerta, saben más que nadie de estas cosas.
Lydia: A tu pregunta de llorar por un árbol, yo te diré que echo mucho de menos un cerezo que teníamos en esta huerta que se ve en la foto, estaba situado al lado de la casilla tenian sus ramas una forma muy bonita, a mi me parecía un árbol de navidad adornado con cerezas. Yo también me subía a el con una facilidad enorme era mi lugar favorito, estar sentada en sus ramas y de vez en cuando alargar la mano y coger esas ricas cerezas que ahora solo están en mi recuerdo. Un abrazo Lydia.