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HERRERA DE PISUERGA: Hola Félix, ...

¿Recordáis la carbonería que había en Herrera?. Estaba frente a donde, ahora, está el tanatorio.
Recuerdo una especie de lavadoras industriales dando vueltas en un ambiente negruzco, oscuro y muy sucio de donde sacaban el carbón de bola que luego repartían por las casas en cestos que llevaban en un carro (se pedía un cesto como ahora una bombona de butano). Si no recuerdo mal un repartidor se llamaba Fausto que tenía un problema de tartamudeo que se acrecentaba con los nervios y, aunque a veces somos crueles con esas cosas, a mi me daba mucha lástima.

El carbón se trataba porque era muy puro y podía reventar la cocinas económicas por su gran potencial calórico. Quedaba hecho bolas de distintos tamaños y recuerdo que mi madre cuando pedía un cesto le decía que no tuviera mucho "cisco", que era el polvo sobrbte que también tenía mucho poder calórico y no se podía aprovechar. Recuerdo que el carbón se mojaba un poco pero no se porqué.

Luego se repartía otro tipo que ya venía en piezas que tenían una forma ovalada y estaba hecha con moldes.

También recuerdo que en determinadas casas que tenían calefacción compraban el carbón por camiones y veías un montos al lado de casa para luego almacenarlo en la carbonera. Era un síntoma, se acercaba el invierno.

Hola Félix,
curiosamente, al mojar el carbón, éste no se apaga, se consume más despacio y conserva su poder calorífico. Este es un método que hasta yo he utilizado, me lo enseñó curiosamente mi suegra, porque tengo una estufa salamandra, que enciendo muy de vez en cuando. Por cierto, en Madrid, ya no quedan carbonerías y cada año que pasa, por lógica, cierra una más.
Cuando mojas el carbón, al limpiar la estufa al día siguiente, el carbón está como pegado y parece una plasta plástica, con formas curiosas... No soy muy entendida, pero creo que se echaba el agua para economizar. Un abrazo, Félix.