Bueno Emílio: Pues no salgo de mi asombro, ¡jamás pensé que el Pisuerga diera semejantes truchas! No imagíno los esfuerzos para sacarla del
rio, la lucha de la trucha por soltarse con ese tamaño, tuvíste que librar toda una batalla,
¡Como para no hacerse
fotos y presumir de lo líndo! ¡Menúda trucha!
Recuerdo las que cogía mi padre, y lo contento que llegaba a
casa con ellas, y eso que eran normalitas ¡pero que contento llegaba! después en la mesa, con aquel
color, "asalmonadas las llamaba el"
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