HERRERA DE PISUERGA: Cuando hablastéis de la caza no tuve tiempo de meter...

Emilio: Nunca había visto una trucha de ese tamaño. Ahora me explico tu afición. Un beso.

Pezqueñines NO, gracias.
A eso se le llama cumplir, Emilio.
Un abrazo.

Quiero resaltarte que a tu hermano Paco también le gustaba pescar y le recuerdo bien con la caña, pues no era nada egoísta en la orilla del rio. Siempre a sido una persona tranquila y serena. Tu primo Patri también era de los que le gustaba echar la caña y mas de una vez coincidí con ellos. Por cierto siempre tenían mas pesca que yo, no se si seguirán con la afición. BESITOS PARA EL SOBRINO DEL FORO.

Sí, a Paco le gustaba ir a pescar. Se sigue sacando la licencia pero debe ser por añoranza porque ahora lo que le apasiona es ir a buscar toda clase de setas y luego degustarlas, claro. Buenísimas.
Hablando de mi padre, también recuerdo cómo muchas personas le consultaban sobre la comestibilidad de algunos ejemplares ¡Menuda responsabilidad!.
Patri también le dió a la escopeta... y yo una vez maté una liebre (aunque fue ella la que se metió debajo de mi coche... je, je). Será la sangre Ortega Bustillo que nos corre por las venas.
Besos para tí también.

Una anécdota que no se si te he contado mi padre solo comía setas que le daba tu abuelo paterno, no se fiaba de nadie mas por eso yo me acuerdo de el. Tengo grandes amigos cazadores y guardas de campo pero en mi casa no quiero que entre un arma, Por lo que si voy algún día de caza voy de "morralero", tengo que admitir que me gusta y sobre todo la caza con galgo, de la que hay mucha afición en el pueblo de mi mujer; por cierto estos días se está celebrando el campeonato de España en Avila (me parece). Buscare en Internet imágenes del campeonato, aconsejo a todo el mundo que si tiene oportunidad vea algún reportaje al respecto pues es apasionante.

Armas... Mi padre, en cuanto llegaba a casa limpiaba e inutilizaba la escopeta y ni siquiera entonces nos dejaba tocarla. La colgaba fuera de nuestro alcance. Creo que no podíamos ni mirar. Era muy receloso para evitar cualquier accidente, ¡que las carga el diablo!
Si, mi abuelo Nicasio era gran conocedor de las setas pero Paco (hijo) le supera.

Hoy en día es más complicado tener armas en casa, creo que se necesita un armero cerrado con llave. Mi padre cuando no renovó la licencia de armas tuvo que dejar la escopeta en el cuartel. Si nos sacáramos licencia la podríamos recuperar pero de momento está custodiada allí. Yo a lo más que llegué fue a rellenar cartuchos con mi padre. Ahora tampoco se puede preparar la munición, tiene que ser homologada. Como dice Ana mi padre casi siempre traía pieza por tiro, se aseguraban mucho porque había que ahorrar en todo. Más o menos como lo que nos va a tocar ahora.
Yo de expertos en setas recuerdo al señor Eutiquiano, el padre de Jesús el barbero. Venían a preguntarle y para algunos tenía fama de que de esa manera se enteraba de donde cogían las setas para ir a buscarlas él. Es curioso, le preguntaban, se fiaban pero el secreto de donde las cogían era sagrado. Yo comí muchas setas que le regalaba a mi madre y nunca pasó nada.

Felix deberías contarnos cual era el procedimiento para cargar los cartuchos, o como se vendían, si era vainas por separado de perdigones y pólvora, o si se recogían las vainas usadas (cosa hoy obligatoria) y se podían volver a reutilizar, creo que seria interesante.

Las vainas de recogían, se quitaba el pistón y se ponía otro nuevo, luego se ponía la pólvora con una medida que parecía un cacillo, después un corcho, los perdigones y una tapa de cartón. Con otra maquineta se precintaba el cartón de la vaina hacia adentro u quedaba perfecto.
Según la temporada se ponía más o menos pólvora y cambiaba el tamaño de los perdigones y del corcho. Los cartuchos se reutilizaban y a medida que disminuía su tamaño se utilizaban para la codorniz, algunos se tenían que tirar porque ya estaban muy gastados.
También había que tener cuidado que no estuvieran doblados o agujereados para que no explotaran mal. La cosa parece sencilla pero tenía su ciencia. Las herramientas no se donde estarán, posiblemente alguien las conserve y nos puede poner una foto.
Cuando empezaron a salir las vainas de plástico ya no se podían reutilizar.

Amigo FELIX:

Yo que conocí y vi en aquellos tiempos ya pasados, a cazadores de Herrera como reutilizaban y cargaban los cartuchos que ya anteriormente habían sido usados en el ejercicio de la caza, la descripción que haces de la forma como se recargaban los cartuchos para volver a ser utilizados, es perfecta, (yo no habría sabido hacerlo tan bien). Creo que actualmente algún vecino del pueblo conserve todavía la maquinucha que se usaba para tal operación. Confió en que el forero Chiborro nos cuelgue una foto de la maquina en cuestión o nos amplié algún dato más al respecto. Saludos...

Cuando hablastéis de la caza no tuve tiempo de meter baza y no es que yo sepa algo al respecto, nunca me ha gustado, pero si tengo una historieta., ¡cómno no, ja, ja!
Mi hermano tenía una escopeta de perdigones y un día que estaban en el patio, mi hermana Cheli quería disparla. Juan Carlos no quería dejarsela, pero ya sabéis lo que es la persuasión femenina (pobre chiguito, encima estaba rodeado), así que no le quedó otra que explicarle como tenía que hacerlo. Cheli cogió la escopeta, apuntó al cielo y disparó al aire. Al instante cayó a sus pies un pajarito muerto..... ¡menudo disgusto que se llevó! Yo creo que no volvió a coger un arma de fuego jamás.
Y yo pienso que hay que ver lo que es el destino, con lo grande que es el cielo y fué el pobre pájaro a ponerse en el camino del perdigón.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Chus, la historia que nos cuentas que sucedió a Cheli, me ha parecido increíble, ¡mira que es casualidad!. Si lo hiciera a propósito seguro que no lo conseguiría. Me imagino su cara de sorpresa.
Un beso para tus hermanas de mi parte.