Una de hielo
En el
invierno de 1967, nuestra residencia temporal fue en el
barrio San Pedro, en la
casa de mis abuelos. Cada mañana de lunes a viernes, teníamos que ir a la
escuela, como casi todos los niños, entre los mismos de este barrio, había uno con un carácter peculiar, a éste iban dirigidas todas las bromas, hasta hacerle cabrear, su forma de acabar con las mismas era coger una
piedra de las muchas que había en el
camino para lanzarla contra nosotros, el inconveniente de esta acción es
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