Quiero compartir con todos vosotros una carta que en su día escribió un gran ser humano, y que ha llegado de forma fortuita a mis manos, sin búsquedas de Internet y tan real como el camino que hemos de recorrer. Es algo emotivo, muy emotivo diría yo, tanto como ese itinerario entre la vida y la muerte. Y dice así:
" Soy una de tantas viudas que hay en España. Quiero compartir con todos vosotros/as mis sentimientos, nuestra pena por el esposo/a que estuvo a nuestro lado durante muchos años y que ahora espera en la Casa del Padre. También como vosotros/as tuvimos esas alegrías y tristezas, risas y llantos, penurias económicas mientras los hijos estudiaban, noches sin dormir turnándonos cuando tenían fiebre, dolor de oídos, cambiar pañales o darles de comer, porque tuve la gran suerte de que mi esposo,, como dice el refrán castellano lo mismo freía un huevo, que planchaba una camisa.
Y un día llegó la enfermedad. ¡Cáncer!. El mundo se hunde. Traté de ver en todo la voluntad de Dios, pero algo en mi se revelaba, como en algún caso os habrá pasado a vosotros/as. Una operación muy complicada y muchas sesiones de quimio. Pero a pesar de toda su lucha, pudo mas la enfermedad; que nunca le borro su sonrisa. En esos momentos era él, con su gran fe en Dios y en la Virgen quien nos animaba a todos. Solamente le preocupaba que nosotros estuviéramos sufriendo.
Cuando se acercó el final, después de recibir la Comunión, me prometió que cuidaría de nosotros, y me pidió que fuera valiente. Postrado en la cama parecía tan poquita cosa. Pero yo le veía ¡grande inmenso! ¡lo llenaba todo!.
Ahora que ya ha pasado un tiempo desde su partida, recuerdo aquellos momentos casi con alegría.
La ultima noche, cuando ya estaba sedado, quise que se marcharan mis hijos porque quería quedarme a solas con el. "Había compartido la vida y quería compartir su muerte".
Una noche que tengo grabada a fuego en mi mente.
No dormí, ni lloré; solo rece y hable con él. Yo digo que fue una noche mágica. Y se que me escuchaba. Le decía: como hoy no has rezado yo voy a rezar contigo. Rezamos cuatro partes del rosario. Pero no fue un rosario mas, fue un rosario solemne, diría yo. Meditábamos cada misterio, recordando como nosotros también habíamos tenido nuestros Tabor y nuestro Calvario, y en ese momento estábamos muy cerca de la Gloria, porque el iba a llegar allí enseguida.
Recordábamos anécdotas que habían quedado un poco en el olvido. Y ahora me parecía verle sonreír.
Si en entra alguien en esos momentos me podría haber tachado de loca, pero nunca he estado tan cuerda en mi vida.
Una noche vivida en oración. Por eso el día siguiente estaba como en una nube.
Me decían que estaba muy serena; pero yo solo sabia por qué. Yo había compartido con el una noche tan intensa, tan bonita y con tanta riqueza espiritual. Parece mentira, pero me sentía feliz. Fueron tan edificantes los momentos vividos durante su enfermedad, que su recuerdo me esta ayudado a sobreponerme.. Me parece escucharle: tienes que ser valiente, desde el primer día sigue con todo lo que es tu vida, no te quedes en casa la gente te necesita.
Recordando todos esos momentos, siento una gran paz y una gran serenidad. Se que esta a mi lado y que vela por nosotros"".
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Mañana es el día que la sociedad dedica al CÁNCER. Horrenda sentencia que pende de nuestra cabezas como la espada de Damocles. Sirva esta carta para los que ahora o en un futuro, Dios no lo quiera, podamos padecer esta enfermedad nos sirva de ejemplo de serenidad y valentía a la hora de enfrentarnos a ella. Un abrazo.
" Soy una de tantas viudas que hay en España. Quiero compartir con todos vosotros/as mis sentimientos, nuestra pena por el esposo/a que estuvo a nuestro lado durante muchos años y que ahora espera en la Casa del Padre. También como vosotros/as tuvimos esas alegrías y tristezas, risas y llantos, penurias económicas mientras los hijos estudiaban, noches sin dormir turnándonos cuando tenían fiebre, dolor de oídos, cambiar pañales o darles de comer, porque tuve la gran suerte de que mi esposo,, como dice el refrán castellano lo mismo freía un huevo, que planchaba una camisa.
Y un día llegó la enfermedad. ¡Cáncer!. El mundo se hunde. Traté de ver en todo la voluntad de Dios, pero algo en mi se revelaba, como en algún caso os habrá pasado a vosotros/as. Una operación muy complicada y muchas sesiones de quimio. Pero a pesar de toda su lucha, pudo mas la enfermedad; que nunca le borro su sonrisa. En esos momentos era él, con su gran fe en Dios y en la Virgen quien nos animaba a todos. Solamente le preocupaba que nosotros estuviéramos sufriendo.
Cuando se acercó el final, después de recibir la Comunión, me prometió que cuidaría de nosotros, y me pidió que fuera valiente. Postrado en la cama parecía tan poquita cosa. Pero yo le veía ¡grande inmenso! ¡lo llenaba todo!.
Ahora que ya ha pasado un tiempo desde su partida, recuerdo aquellos momentos casi con alegría.
La ultima noche, cuando ya estaba sedado, quise que se marcharan mis hijos porque quería quedarme a solas con el. "Había compartido la vida y quería compartir su muerte".
Una noche que tengo grabada a fuego en mi mente.
No dormí, ni lloré; solo rece y hable con él. Yo digo que fue una noche mágica. Y se que me escuchaba. Le decía: como hoy no has rezado yo voy a rezar contigo. Rezamos cuatro partes del rosario. Pero no fue un rosario mas, fue un rosario solemne, diría yo. Meditábamos cada misterio, recordando como nosotros también habíamos tenido nuestros Tabor y nuestro Calvario, y en ese momento estábamos muy cerca de la Gloria, porque el iba a llegar allí enseguida.
Recordábamos anécdotas que habían quedado un poco en el olvido. Y ahora me parecía verle sonreír.
Si en entra alguien en esos momentos me podría haber tachado de loca, pero nunca he estado tan cuerda en mi vida.
Una noche vivida en oración. Por eso el día siguiente estaba como en una nube.
Me decían que estaba muy serena; pero yo solo sabia por qué. Yo había compartido con el una noche tan intensa, tan bonita y con tanta riqueza espiritual. Parece mentira, pero me sentía feliz. Fueron tan edificantes los momentos vividos durante su enfermedad, que su recuerdo me esta ayudado a sobreponerme.. Me parece escucharle: tienes que ser valiente, desde el primer día sigue con todo lo que es tu vida, no te quedes en casa la gente te necesita.
Recordando todos esos momentos, siento una gran paz y una gran serenidad. Se que esta a mi lado y que vela por nosotros"".
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Mañana es el día que la sociedad dedica al CÁNCER. Horrenda sentencia que pende de nuestra cabezas como la espada de Damocles. Sirva esta carta para los que ahora o en un futuro, Dios no lo quiera, podamos padecer esta enfermedad nos sirva de ejemplo de serenidad y valentía a la hora de enfrentarnos a ella. Un abrazo.
Gonzalo antes la gente se moría de viejo o de largas enfermedades a las cuales no se las tenia miedo, ahora parece que ya no morimos de viejos ni de largas enfermedades simplemente a esto se le puso un nombre: cáncer.
Ahora se puede curar el morir de viejo o de larga enfermedad pues el cáncer SE CURA y tarde o temprano pasaremos la mayoría por esas situaciones y debemos hacerlo con normalidad (no con resignación). Se que mas de uno de nosotros esta pasando por esos momentos y la carta aunque es preciosa te hace soltar esa lagrimita que tu no quieres recordar. Por eso creo que hay que mirar PARALANTE con fuerza, esperanza y alegria, pasando un poco de la emotividad y la meditación. DESDE AQUÍ UN BESAZO PARA TODOS LOS QUE OS SINTÁIS UN POCO ENFERMOS, SE PASA MAL PERO SE PUEDE SALIR, ANIMO VALIENTES.
Ahora se puede curar el morir de viejo o de larga enfermedad pues el cáncer SE CURA y tarde o temprano pasaremos la mayoría por esas situaciones y debemos hacerlo con normalidad (no con resignación). Se que mas de uno de nosotros esta pasando por esos momentos y la carta aunque es preciosa te hace soltar esa lagrimita que tu no quieres recordar. Por eso creo que hay que mirar PARALANTE con fuerza, esperanza y alegria, pasando un poco de la emotividad y la meditación. DESDE AQUÍ UN BESAZO PARA TODOS LOS QUE OS SINTÁIS UN POCO ENFERMOS, SE PASA MAL PERO SE PUEDE SALIR, ANIMO VALIENTES.
Hola Emilio. Gracias por contestar esta carta que tanto ha calado en mi corazón. Ahora pienso que he podido causar malestar alguna familias que de una forma u otra, puedan sentirse un tanto identificadas. No era mi intención. Solo he tratado de sacar a la luz uno de tantos problemas humanos, que salpican todos. Unos por tenerlo a diario y a otros por estar luchando con ello. Pido que sepáis perdonarme. Nunca fue mi intención el tratar de remover tristezas, ni quitar esperanzas. Solo he tratado de ver la parte espiritual de esa noche mágica. De ver como se rinde el último tributo ante Dios, aferrándonos al barco de la vida.
Siempre he pensado que podia aportar con esa carta algo que pudiera ayudar a mis semejantes. Quisiera que perdonaras este desvario y aprovecho para pedir disculpas publicamente. Un saludo
Siempre he pensado que podia aportar con esa carta algo que pudiera ayudar a mis semejantes. Quisiera que perdonaras este desvario y aprovecho para pedir disculpas publicamente. Un saludo