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HERRERA DE PISUERGA: Textual sacada de la censura eclesiástica costumbre...

Textual sacada de la censura eclesiástica costumbre de mocedad en Palencia

"Más de cuarenta años después, en 1798, semejante censura la hace el visitador Francisco Ubago y Fernández en algunos pueblos de la zona de Herrera de Pisuerga, pues, dice, “reina el pestilente y abominable abuso de juntarse muchas mozas solteras a ilar en los que llaman veladeros en los que permanezen desde el principio de la noche hasta fines de ella, a los que igualm (te) asisten los mozos de cuias fuerzas se originan gravísimos pecados y ofensas a Dios de las que en especial serán responsables los padre de familias…”.

En 1758 el celoso obispo Andrés de Bustamante envió una carta pastoral en la que prevenía contra unos juegos de prendas que eran conocidos entre el pueblo como el de la mona y el perrico pardo y que no duda en calificar como de “otro invento del infierno”, pues son “tan sucios, y abominables, lascivos y asquerosos, que no quiero yo especificarlos por no manchar la tinta, y escandalizar con solo apuntarlos a los oídos castos de las almas, que los ignoran, ni duplicar la aflicción de los que los lloran”. Hace a los padres de familia responsables de estas deshonestas aficiones y les exhorta a velar por sus hijos y criados, pues cargarán ante Dios con la culpa de estos. Y particularmente a las madres, que disimulan, encubren o aprueban “las que el vulgo llama llanezas en los juegos de prendas, y vayles, siendo verdaderamente despeñaderos del infierno”
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Muy interesante estos apuntes históricos Gonzalo, me gustaría conocer los detalles del jueguecito éste de la mona y el perrico pardo, para merecer todos los adjetivos recibidos y codenarlos al infierno. Gracias a Dios que hemos nacido dos siglos más tarde y nos hemos librado de semejante censura.
Pena me dan las mujeres que nacen en paises anclados en la edad média, y que sin ninguna duda se llevan la peor parte de una sociedad retrógrada, atrasada,
y no muy diferente a como era nuestro pueblo ... (ver texto completo)
Gonzalo: Leyendo el texto de la censura eclesiástica, me ha hecho pensar en lo drásticos que eran con las relaciones entre los jóvenes en el siglo XVIII, hasta un simple juego de prendas lo encontraban sucio y pecaminoso. Afortunadamente en estos tres siglos que nos separan las cosas han cambiado al respecto.
Muy acertado el apunte enviado de la censura eclesiástica. Saludos.