No recuerdo cuantos años fui a clases extraescolares a este lugar, el primer día iba muerto de miedo por los comentarios que había oído de D. Mariano Cuadrado, al parecer era un ogro, pero no era tan fiero como decían, es cierto que en alguna ocasión perdía el control y gritaba, a mí siempre me trato bien, excepto en una ocasión que me hizo temblar del grito que me pego.
Lo peor de de aquellas experiencias diarias, era el regreso en
invierno a
casa de mis abuelos, el pánico que tenía a abandonar
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