Una foto preciosa, de antología y muy bien conservada. Es muy curioso ver a la pareja posando, tan arreglados, tan guapos, en ese rincón exterior tan bonito y cuidado. María Santos complaciente, Jacinto firme, con la oficialidad de las fotos de entonces, pero sin ceder un ápice en sus costumbres, en sus plácidas rutinas. Ahí está Jacinto, manos para la foto, un paréntesis... y ¿el cigarrillo? Él mismo.