LOS TURMOGOS
Los turmogos eran un pueblo de origen indoeuropeo que se extendía por la parte suroeste de Burgos principalmente, y que sin embargo no es relevante para las fuentes escritas antiguas, seguramente por el hecho de no haber ofrecido resistencia en el proceso de conquista del imperio romano.
Los límites geográficos de este pueblo estaban prácticamente en la actual provincia de Burgos. Al norte limitaban con los Cántabros en la zona del Páramo de Lora; hacia el Este y Noreste, por la Sierra de la Demanda, Montes de Oca y Salas de los Infantes, con los Autrigones. Al Oeste eran vecinos de los Vacceos, a lo largo de los ríos Odra, Pisuerga y Arlanza. Sus límites meridionales serían con los Vacceos y Arévacos, a través de una línea imaginaria entre Solarana y Hortezuelos. La distribución del poblamiento Turmogo por este territorio es de dos tipos. Poblados en zonas altas, superiores a 1.000 metros, de economía ganadera; y asentamientos en zonas de páramo dominando alguna cuenca fluvial, en algunos casos con elementos (defensivos como murallas, y en los que la actividad económica estuvo más desarrollada, combinando la ganadería con una importante agricultura cerealística.
Las principales ciudades de los Turmogos aparecen mencionadas en obras geográficas y guías de caminos antiguas. Ptolomeo I cita en primer lugar Ambisma, cuya localización no es precisa, si bien se tiende a situarla fuera de la provincia de Burgos, entre Herrera de Pisuerga y Carrión de los Condes. Otro núcleo es Braum, cuyo emplazamiento igualmente presenta diversas hipótesis. La más antigua la identifica con Burgos capital, mientras que hoy tiene más adeptos su ubicación en Huérmeces, Ubierna o La Nuez de Abajo, siendo esta última la que a nosotros nos parece más viable, por su situación estratégica en el Valle del Río Urbel, por la potencia del yacimiento y por su continuidad en época romana.
La ciudad que debió tener una mayor importancia entre los Turmogos, y la que al mismo tiempo aparece más citada, es la de Segisamo (Sasamón). Fue un asentamiento que se inició en la II Edad del Hierro y que pervive hasta el siglo IV/V d. C Se la cita siempre como el núcleo más importante de los Turmogos, su capital, que debió de cobrar un auge mayor con el establecimiento del campamento romano de Augusto durante las Guerras Cántabras, así como por ser mansión de la via 32.
Los turmogos eran un pueblo de origen indoeuropeo que se extendía por la parte suroeste de Burgos principalmente, y que sin embargo no es relevante para las fuentes escritas antiguas, seguramente por el hecho de no haber ofrecido resistencia en el proceso de conquista del imperio romano.
Los límites geográficos de este pueblo estaban prácticamente en la actual provincia de Burgos. Al norte limitaban con los Cántabros en la zona del Páramo de Lora; hacia el Este y Noreste, por la Sierra de la Demanda, Montes de Oca y Salas de los Infantes, con los Autrigones. Al Oeste eran vecinos de los Vacceos, a lo largo de los ríos Odra, Pisuerga y Arlanza. Sus límites meridionales serían con los Vacceos y Arévacos, a través de una línea imaginaria entre Solarana y Hortezuelos. La distribución del poblamiento Turmogo por este territorio es de dos tipos. Poblados en zonas altas, superiores a 1.000 metros, de economía ganadera; y asentamientos en zonas de páramo dominando alguna cuenca fluvial, en algunos casos con elementos (defensivos como murallas, y en los que la actividad económica estuvo más desarrollada, combinando la ganadería con una importante agricultura cerealística.
Las principales ciudades de los Turmogos aparecen mencionadas en obras geográficas y guías de caminos antiguas. Ptolomeo I cita en primer lugar Ambisma, cuya localización no es precisa, si bien se tiende a situarla fuera de la provincia de Burgos, entre Herrera de Pisuerga y Carrión de los Condes. Otro núcleo es Braum, cuyo emplazamiento igualmente presenta diversas hipótesis. La más antigua la identifica con Burgos capital, mientras que hoy tiene más adeptos su ubicación en Huérmeces, Ubierna o La Nuez de Abajo, siendo esta última la que a nosotros nos parece más viable, por su situación estratégica en el Valle del Río Urbel, por la potencia del yacimiento y por su continuidad en época romana.
La ciudad que debió tener una mayor importancia entre los Turmogos, y la que al mismo tiempo aparece más citada, es la de Segisamo (Sasamón). Fue un asentamiento que se inició en la II Edad del Hierro y que pervive hasta el siglo IV/V d. C Se la cita siempre como el núcleo más importante de los Turmogos, su capital, que debió de cobrar un auge mayor con el establecimiento del campamento romano de Augusto durante las Guerras Cántabras, así como por ser mansión de la via 32.