LA FUENTE DE LA PLAZA MAYOR
La fuente de la Plaza Mayor es uno de los monumentos más representativos de la ciudad de Herrera de Pisuerga. La prueba de ello es que la imagen de los cuatro niños dejando caer el agua aparece inevitablemente en los folletos turísticos herrerenses, en las postales de recuerdo o en los programas de las fiestas patronales. Dado este carácter de empleo representativo de la ciudad, bien merece la fuente de la Plaza Mayor que se conozca algo de su historia.
Los libros de sesiones conservados en el Archivo Municipal del Ayuntamiento de Herrera de Pisuerga nos proporciona datos importantes relativos a la
construcción de la fuente. Por ejemplo, en la sesión celebrada el 16 de diciembre de 1877 los regidores herrerenses, viendo la utilidad que para el vecindario supondría la traída de aguas
se plantea la conveniencia de construir una fuente en la Plaza Mayor y acuerdan que el Ingeniero Provincial de Obras Públicas, D. Manuel Ribera, acuda a Herrera para, sobre el terreno, indicar de qué parte podrían traerse las aguas a la villa.
Pero el proyecto quedó en nada pues en el pleno celebrado el 16 de abril de 1879 el Ayuntamiento herrerense reconoce que no puede sufragar los gastos de la fuente de la plaza, por lo cual se solicitará al Ministro de la Gobernación la autorización pertinente para que el Ayuntamiento pudiera retirar de la Caja General de Depósitos los fondos necesarios para costear la obra, de la cual, según se indica en el acta de la sesión, se tenía ya hecho el plano y el presupuesto desde hacía tiempo. Parece ser que de nuevo todo quedó en nada.
Tras un silencio de casi tres años, vuelve a aparecer en los libros de sesiones en las referencias a la fuente en 1882, y esta vez, en tono positivo. El día 19 de febrero de dicho año, en el pleno municipal se da cuenta de una carta remitida por el señor López Dóriga, natural de Santander, en la que pide que se le paguen 2.100 pesetas por el
contrato de la fuente. Unos meses más tarde, el 13 de agosto, los ediles herrerenses acordarán que, terminadas ya las obras de la fuente, se celebre su inauguración el día de la Virgen de la Piedad.
Así pues, el día más señalado del mes de septiembre de 1882 se puso en funcionamiento la fuente de la Plaza Mayor de Herrera de Pisuerga.
El 19 de noviembre del mismo año, en el ayuntamiento se hablará de que las últimas liquidaciones de la obra de la fuente las debía de practicar el Ingeniero Provincial de Obras Pública. Unos años más tarde, el 20 de julio de 1884, se da cuenta en el pleno municipal de la construcción de cuatro aparatos de hierro destinados a colocarse uno debajo de cada caño con la finalidad de servir de apoyo a los cántaros mientras se llenaba de agua; a propósito de esto, es preciso recordar que la fuente, además de su valor ornamental, tenía como fin primordial el de abastecer de agua a la población.
Aquí deberían acabar los datos relativos a la construcción de la fuente si todo se hubiera desarrollado con normalidad. Sin embargo, el mismo día en el que se habla de los aparatos de hierro, se hace constar en acta de los señores D. Eugenio Miguel y D. Victorio Rodríguez, naturales de Becerril del Carpio, reclaman al Ayuntamiento la cantidad de 363 pesetas que se les adeuda por el acarreo de piedras para la fuente. Este dato, que dice poco en favor del Ayuntamiento, nos informa de la procedencia de las piedras que componen el pilón y la escalinata de acceso al mismo y nos permite contemplar las noticias relativas a la construcción de la fuente de la Plaza Mayor.
En resumen, el elemento central, ornamental, de hierro, representando a cuatro niños que sujetan un caño cada uno y rematado por unas cigüeñas, se fundió en Santander; las piedras del pilón se labraron en Becerril del Carpio; todo el conjunto de la fuente se inauguró en septiembre de 1882, el día de la Virgen de la Piedad. Restaurada en 1987 por los empleados municipales, la fuente sigue en pie adornando a la Plaza Mayor de Herrera de Pisuerga. Por muchos años.
Fuente Documental.- Archivo Municipal de Herrera de Pisuerga
La fuente de la Plaza Mayor es uno de los monumentos más representativos de la ciudad de Herrera de Pisuerga. La prueba de ello es que la imagen de los cuatro niños dejando caer el agua aparece inevitablemente en los folletos turísticos herrerenses, en las postales de recuerdo o en los programas de las fiestas patronales. Dado este carácter de empleo representativo de la ciudad, bien merece la fuente de la Plaza Mayor que se conozca algo de su historia.
Los libros de sesiones conservados en el Archivo Municipal del Ayuntamiento de Herrera de Pisuerga nos proporciona datos importantes relativos a la
construcción de la fuente. Por ejemplo, en la sesión celebrada el 16 de diciembre de 1877 los regidores herrerenses, viendo la utilidad que para el vecindario supondría la traída de aguas
se plantea la conveniencia de construir una fuente en la Plaza Mayor y acuerdan que el Ingeniero Provincial de Obras Públicas, D. Manuel Ribera, acuda a Herrera para, sobre el terreno, indicar de qué parte podrían traerse las aguas a la villa.
Pero el proyecto quedó en nada pues en el pleno celebrado el 16 de abril de 1879 el Ayuntamiento herrerense reconoce que no puede sufragar los gastos de la fuente de la plaza, por lo cual se solicitará al Ministro de la Gobernación la autorización pertinente para que el Ayuntamiento pudiera retirar de la Caja General de Depósitos los fondos necesarios para costear la obra, de la cual, según se indica en el acta de la sesión, se tenía ya hecho el plano y el presupuesto desde hacía tiempo. Parece ser que de nuevo todo quedó en nada.
Tras un silencio de casi tres años, vuelve a aparecer en los libros de sesiones en las referencias a la fuente en 1882, y esta vez, en tono positivo. El día 19 de febrero de dicho año, en el pleno municipal se da cuenta de una carta remitida por el señor López Dóriga, natural de Santander, en la que pide que se le paguen 2.100 pesetas por el
contrato de la fuente. Unos meses más tarde, el 13 de agosto, los ediles herrerenses acordarán que, terminadas ya las obras de la fuente, se celebre su inauguración el día de la Virgen de la Piedad.
Así pues, el día más señalado del mes de septiembre de 1882 se puso en funcionamiento la fuente de la Plaza Mayor de Herrera de Pisuerga.
El 19 de noviembre del mismo año, en el ayuntamiento se hablará de que las últimas liquidaciones de la obra de la fuente las debía de practicar el Ingeniero Provincial de Obras Pública. Unos años más tarde, el 20 de julio de 1884, se da cuenta en el pleno municipal de la construcción de cuatro aparatos de hierro destinados a colocarse uno debajo de cada caño con la finalidad de servir de apoyo a los cántaros mientras se llenaba de agua; a propósito de esto, es preciso recordar que la fuente, además de su valor ornamental, tenía como fin primordial el de abastecer de agua a la población.
Aquí deberían acabar los datos relativos a la construcción de la fuente si todo se hubiera desarrollado con normalidad. Sin embargo, el mismo día en el que se habla de los aparatos de hierro, se hace constar en acta de los señores D. Eugenio Miguel y D. Victorio Rodríguez, naturales de Becerril del Carpio, reclaman al Ayuntamiento la cantidad de 363 pesetas que se les adeuda por el acarreo de piedras para la fuente. Este dato, que dice poco en favor del Ayuntamiento, nos informa de la procedencia de las piedras que componen el pilón y la escalinata de acceso al mismo y nos permite contemplar las noticias relativas a la construcción de la fuente de la Plaza Mayor.
En resumen, el elemento central, ornamental, de hierro, representando a cuatro niños que sujetan un caño cada uno y rematado por unas cigüeñas, se fundió en Santander; las piedras del pilón se labraron en Becerril del Carpio; todo el conjunto de la fuente se inauguró en septiembre de 1882, el día de la Virgen de la Piedad. Restaurada en 1987 por los empleados municipales, la fuente sigue en pie adornando a la Plaza Mayor de Herrera de Pisuerga. Por muchos años.
Fuente Documental.- Archivo Municipal de Herrera de Pisuerga