15 DE AGOSTO LA VERDADERA FIESTA DE HERRERA
En Herrera hubo un tiempo por los finales del siglo XVIII y en el XIX en que la verdadera fiesta se celebraba el 15 de Agosto, día de la Asunción, entonces quizás no había toros, y todo giraba en torno a la ermita. Todos los romeros que acudían a la fiesta eran obsequiados con pan, vino y queso, llegaba gente de todos los alrededores formándose una gran algarabía.
Se celebraba una tradicional misa en la que se hacían ofrendas de corderos, estos se integraban en el rebaño que tenía la Virgen, que a buen seguro era un rebaño de muchas ovejas, algún año se llegaron a ofrecer hasta 58 corderos, en aquellos tiempos un cordero podía llegar a valer 8 reales, aunque ya a final del siglo XIX se podían vender a 10 pesetas.
Tan populosa llego a ser aquella fiesta que llegando a oídos del papa la cantidad de feligreses que allí se reunían, tomó la decisión de conceder indulgencia plenaria a todos los que confesados y comulgados visitasen la ermita de LA PIEDAD en la fecha del 15 de agosto.
A buen seguro que aquella fiesta desapareció con la ruina del edificio de la ermita del rio Burejo dedicada al misterio de la virgen Asunta de los Cielos, lo que la hizo caer en desuso y con las nuevas ampliaciones de la ermita de la virgen de la Piedad, quizás fue entonces cuando creció mucho más la devoción a la Virgen de la Piedad, pasando las fiestas que se celebraban el tercer domingo de septiembre en honor a la virgen a ser más importantes, decayendo así la fiesta de la Asunción hasta su pérdida total.
Tal fue la devoción por La Piedad que en torno al año 1940 y siendo el templo tan pequeño se decidió subir a la virgen, por esas fechas a la iglesia, por ser un templo más grande y poder acoger mejor a los devotos feligreses.
PERO FUE VERDAD O MENTIRA
En Herrera hubo un tiempo por los finales del siglo XVIII y en el XIX en que la verdadera fiesta se celebraba el 15 de Agosto, día de la Asunción, entonces quizás no había toros, y todo giraba en torno a la ermita. Todos los romeros que acudían a la fiesta eran obsequiados con pan, vino y queso, llegaba gente de todos los alrededores formándose una gran algarabía.
Se celebraba una tradicional misa en la que se hacían ofrendas de corderos, estos se integraban en el rebaño que tenía la Virgen, que a buen seguro era un rebaño de muchas ovejas, algún año se llegaron a ofrecer hasta 58 corderos, en aquellos tiempos un cordero podía llegar a valer 8 reales, aunque ya a final del siglo XIX se podían vender a 10 pesetas.
Tan populosa llego a ser aquella fiesta que llegando a oídos del papa la cantidad de feligreses que allí se reunían, tomó la decisión de conceder indulgencia plenaria a todos los que confesados y comulgados visitasen la ermita de LA PIEDAD en la fecha del 15 de agosto.
A buen seguro que aquella fiesta desapareció con la ruina del edificio de la ermita del rio Burejo dedicada al misterio de la virgen Asunta de los Cielos, lo que la hizo caer en desuso y con las nuevas ampliaciones de la ermita de la virgen de la Piedad, quizás fue entonces cuando creció mucho más la devoción a la Virgen de la Piedad, pasando las fiestas que se celebraban el tercer domingo de septiembre en honor a la virgen a ser más importantes, decayendo así la fiesta de la Asunción hasta su pérdida total.
Tal fue la devoción por La Piedad que en torno al año 1940 y siendo el templo tan pequeño se decidió subir a la virgen, por esas fechas a la iglesia, por ser un templo más grande y poder acoger mejor a los devotos feligreses.
PERO FUE VERDAD O MENTIRA