HERRERA DE PISUERGA: Emilio: En primer lugar mis mejores deseos para el...

LOS QUINTOS DEL 82

Ese año se tallaban los veinteañeros nacidos en el 63 y alguno del 62 para tal celebración dispusieron de bebida, comida y bailes durante un fin de semana en el cual los herrerenses eran de más de permisivos con los quintos, aquel año el empiece con los cohetes ya fue un desastre pues la primera tanda (un paquete de ellos) salió en horizontal y la mayoría de ellos explosionaron a la altura del Coxas y contra la pared de la iglesia, otros en las mismas 4 esquinas, solo hubo que lamentar quemaduras en la mano de un quinto que fue debidamente curado y “banderilleado” con la antitetanica por D. Fidel.
Otro quinto rodo las escaleras de su propia casa al intentar abrir a otro más que le había dejado no menos bebido dentro de la cama.
En el salón de baile apareció un lindo ratoncito que fue la mascota durante el fin de semana, acompaño a un quinto bien tapadito en un bolsillo de cremallera de su gorro, dicho ratoncito fue soltado en su casa y alimentado con buen queso hasta que el pobre fue a caer en la ratonera puesta por la madre del quinto.
Se rifo un cordero, nunca vi, un animal que le gustara tanto la bebida como aquel, el cordero tocó, encima, a un quinto que cuando fue al matadero dijo que no se pudo aprovechar nada del animal de lo negro que tenía la carne, dijeron que fue debido al alcohol.
Hubo un quinto que apareció el domingo de madrugada dormido en la funda de una guitarra encima del escenario, en su favor dijo, que alguno se tenía que quedar a cuidar los instrumentos musicales.
A la hora del tallaje se llegó tarde tuvo que ir el municipal a buscarnos, estábamos dando todavía la ronda por las casas de las quintas.
En las talla hubo uno que tuvo que hacer la mili por apenas 1 cm. Otro que la hizo de voluntario luego quedó por lista exento de cupo. Otro alego pies planos y se libró. Otro alego que tenía 3 “guevos” y se libró.
En la comida lo primero que se bebió fueron los boles de agua con limón que se tenían preparados en la mesa para lavarse los dedos de las manos tras el marisco.
Al final un fin de semana inolvidable para todos, lo duden unos o no lo duden.
PERO FUE VERDAD O MENTIRA POPIS?

Emilio: En primer lugar mis mejores deseos para el Nuevo Año.
A mi me encanta leer este tipo de vivencias, forman parte de la "historia" de cada persona y por ello tienen su valor.
Ser quinto es algo irrepetible. Ese tipo de juergas son consecuencia de tener veinte años.
No todos los que han hecho la mili tienen malos recuerdos. Lo que si es cierto es que con el paso del tiempo hablan de ella con nostalgia.
Un abrazo.