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No es publicidad, son "recuerdos con gusto". Ese olor que quedaba en la cocina...
A mi me viene a la mente. cuando lo hacía mi madre, que cortaba lonchas finas de pan "posao" sin tostar. El día que lo preparaba era casi para pasar la tarde, entre preparativos y tomarlo, se me hacía larguísimo el tiempo que tardaba en deshacerse.
A mi me gustaba más con agua, quedaba con un sabor más potente. También recuerdo que se terminaba de espesar con un poco de harina disuelta en agua así se ahorraban algunas pastillas para otro día.
También, muchos, al salir de la escuela cogíamos un trozo de pan y una pastilla de chocolate y a correr. Mata hizo uno con leche pero a mi me gustaba más el "de hacer" aunque en crudo era un poco áspero y tardaba mucho en deshacerse en la boca, había que roerlo porque si no te jugabas un diente. Luego, las colecciones de cromos hicieron que cambiáramos de marca. Lo cierto es que eran más suaves.
A mi me contaron que el buen chocolate se pone encima de la lengua, se cierra la boca, y con el calor de la boca se va deshaciendo sin necesidad de masticar. Seguro que he provocado la afluencia de los jugos gástricos.
A mi me viene a la mente. cuando lo hacía mi madre, que cortaba lonchas finas de pan "posao" sin tostar. El día que lo preparaba era casi para pasar la tarde, entre preparativos y tomarlo, se me hacía larguísimo el tiempo que tardaba en deshacerse.
A mi me gustaba más con agua, quedaba con un sabor más potente. También recuerdo que se terminaba de espesar con un poco de harina disuelta en agua así se ahorraban algunas pastillas para otro día.
También, muchos, al salir de la escuela cogíamos un trozo de pan y una pastilla de chocolate y a correr. Mata hizo uno con leche pero a mi me gustaba más el "de hacer" aunque en crudo era un poco áspero y tardaba mucho en deshacerse en la boca, había que roerlo porque si no te jugabas un diente. Luego, las colecciones de cromos hicieron que cambiáramos de marca. Lo cierto es que eran más suaves.
A mi me contaron que el buen chocolate se pone encima de la lengua, se cierra la boca, y con el calor de la boca se va deshaciendo sin necesidad de masticar. Seguro que he provocado la afluencia de los jugos gástricos.