Los burros tenían nombre: Bonito, Niño, Jericó... pero también me acuerdo del macho de mi abuelo Maudilio. El que uncía al carro para llevar el pan a los pueblos. Sería un mulo, porque le decíamos macho. El animal se sabía el camino de regreso a casa, una vez que se había repartido todo el pan y mi abuelo se echaba una siesta. Hablando de macho, una vez se mencionó un dicho que "decia" Nono, aunque yo también se lo oía a mi abuela cuando tardábamos en hacer algo y nos gritaba: anda, que te va a comer la manta el macho! Me hacia gracia porque me imaginaba. Curiosas las historias de burros y familia a cuatro patas.