Luz ahora: 0,08478 €/kWh

HERRERA DE PISUERGA: Hola Piedad, precioso animal, por su aspecto le cuidabais...

Hemos tenido cinco perros; he disfrutado mucho con ellos; han sido importantes para mi, y como todas las personas que tienen o han tenido animales, guardo "mil" anécdotas de ellos.
-Una pastor alemán -la Lobis-. A los 10, 12 años iba a todos los sitios con mi perra porque los chiguitos me corrían.
-Una perra-loba, -la Volga-. Con 17 años salía con un chico de Alar; un sábado que íbamos con otras parejas, en la calle Bodegas salió la Volga y le rompió los pantalones, les había estrenado ese día para ir a Herrera; imaginaros el cachondeo de los otros.
- Un mastín, -el Yelco- Un coche le dio en el morro y se quedó en el acto. Me faltaban unos días para dar a luz, (la sensibilidad se tiene al límite), lloré, lloré...
- Un san bernardo, - el Kazán- Este perro hacía de colchón a los niños de la familia, se ponían encima de él, no le dejaban tranquilo, y ni se inmutaba.
- Una perrita "ratonera", -la Yuli- Solo tenía ojos para mi Madre. Fue la más longeva, duró 19 años.

Hola Piedad, precioso animal, por su aspecto le cuidabais mucho, no solo con la alimentación también con el cepillo. Por su tamaño y su manifiesta fuerza debería estar bien educado, me imagino que respondería a todas la ordenes, especialmente a la de parar, si no fuera así, me parece que arrastraría a cualquiera.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Cuando se es niño, la vida en un pueblo es fantástica, pero todo es una rutina, estábamos esperando cualquier acontecimiento que se saliese de ésta para divertirnos aún más, eso les pasaba a los cazadores que estaban esperando el día en que se abría la veda para pegar cuatro tiros por el campo, después algunos se reunían para comentar y exhibir su bien empleado día, otros se iban directamente a casa con toda la canana completa de cartuchos. Un domingo primero de apertura de veda, en que hacía mucho ... (ver texto completo)
Arambol: Sí, le teníamos bien cuidado y muy mimado, lo de educado.... Si nos encontrábamos con otro perro, claro que me arrastraba, tuve que optar por enrollarme la correa a mi cintura para controlarle, y al llegar a los depósitos le soltaba. Le quise mucho a ese perro. Un beso.