Cuando se vive lejos del pueblo donde nacimos y crecimos, es imposible, de vez
en cuando, no acordarse de tantas cosas grabadas en la memoria fotográfica de la niñez.
¿Quíen no se acuerda de la Pastelería de la señora NATI? Yo creo que todos
los que fuimos niños. Aquella familia de grandes maestros pasteleros. Era unos
verdaderos artistas con el dulce. En Navidades hacían auténticas esculturas que
representaban animales y escenas cotidianas. Aún recuerdo la figura de un gran
cocodrilo que, a medida que iban vendiendo a trozos, iba también desapareciendo
del escaparate. Un año, confeccionaron la escena de "la matanza" con el cerdo en
el banco del sacrificio y el matarife "dispuesto" a cumplir con su tarea.
Eran tiempos en que, todavía no existía el papel impreso con el nombre de la
casa, para envolver el producto y lo hacían con papel de manila.
No quiero pasar por alto, aquellos ricos "caramelos de casa", del tamaño de
los "Sugus". Sólo costaban 10 céntimos. Y los ricos pasteles, de riquísimo sabor,
por una peseta. Espero que, todos los que como yo peinan canas, se acuerden.
en cuando, no acordarse de tantas cosas grabadas en la memoria fotográfica de la niñez.
¿Quíen no se acuerda de la Pastelería de la señora NATI? Yo creo que todos
los que fuimos niños. Aquella familia de grandes maestros pasteleros. Era unos
verdaderos artistas con el dulce. En Navidades hacían auténticas esculturas que
representaban animales y escenas cotidianas. Aún recuerdo la figura de un gran
cocodrilo que, a medida que iban vendiendo a trozos, iba también desapareciendo
del escaparate. Un año, confeccionaron la escena de "la matanza" con el cerdo en
el banco del sacrificio y el matarife "dispuesto" a cumplir con su tarea.
Eran tiempos en que, todavía no existía el papel impreso con el nombre de la
casa, para envolver el producto y lo hacían con papel de manila.
No quiero pasar por alto, aquellos ricos "caramelos de casa", del tamaño de
los "Sugus". Sólo costaban 10 céntimos. Y los ricos pasteles, de riquísimo sabor,
por una peseta. Espero que, todos los que como yo peinan canas, se acuerden.
Angel, todo eso que cuentas es inolvidable aun recordandolo se me hace la boca agua. Saludos