El mejor cuadro viviente de Herrera pintado con el paciente trabajos de muchos labradores. Siempre en continua evolución, cambiando lentamente de
color y de forma. Desde arriba todo era perfecto, no se apreciaba ni una hoja marchita. Todo su esplendor lo daba en los meses de
verano mientras recuperaba fuerzas en
invierno para volver a recrearnos la vista. Siempre tranquilo y lleno de vida. Para mí una de las vistas más relajantes de Herrera.
La plantación que hicieron en la ladera lo fue escondiendo
... (ver texto completo)