A veces, desde el más profundo rincón de la memoria, aparecen fugazmente cosas
que casi estaban olvidades. Son vagos recuerdos, pero reales, no son producto de
un sueño. Aunque al estar tan lejanas en el tiempo, lo parezcan.
Es algo que ví siendo muy niño, antes de la macanización del campo. Cuando se
necesitaba de la fuerza de los animales. Las ferias donde los tratantes de
ganado, compraban y vendían, se realizaban en el recinto del Castillo, cuando ya
sólo quedaban "cuatro piedras". Había afluencia de gente y las Casas de comidas
se quedaban pequeñas. Y aquí entra en escena, la señora que siempre me llamó la
atención. A la entrada del ferial, había una mujer mayor que, en una gran sartén,
freía chicharro que, vendía al "personal".
Esta vieja estampa, hoy no tendría razónde ser, entre otras cosas, porque ahora
se compran bocadillos, o "perritos calientes" en un puesto de la feria.
Pero lo que de verdad es imposible, es que haya más ferias de ganado, porque
las máquinas han desplazado por completo, a los animales que trabajaron junto
al hombre, durante siglos. Todo ésto, ya no volverá. ¡Una pena!
que casi estaban olvidades. Son vagos recuerdos, pero reales, no son producto de
un sueño. Aunque al estar tan lejanas en el tiempo, lo parezcan.
Es algo que ví siendo muy niño, antes de la macanización del campo. Cuando se
necesitaba de la fuerza de los animales. Las ferias donde los tratantes de
ganado, compraban y vendían, se realizaban en el recinto del Castillo, cuando ya
sólo quedaban "cuatro piedras". Había afluencia de gente y las Casas de comidas
se quedaban pequeñas. Y aquí entra en escena, la señora que siempre me llamó la
atención. A la entrada del ferial, había una mujer mayor que, en una gran sartén,
freía chicharro que, vendía al "personal".
Esta vieja estampa, hoy no tendría razónde ser, entre otras cosas, porque ahora
se compran bocadillos, o "perritos calientes" en un puesto de la feria.
Pero lo que de verdad es imposible, es que haya más ferias de ganado, porque
las máquinas han desplazado por completo, a los animales que trabajaron junto
al hombre, durante siglos. Todo ésto, ya no volverá. ¡Una pena!