HERRERA DE PISUERGA: Me ha llamado poderosamente la atención, la mención...

Me ha llamado poderosamente la atención, la mención que haces de tu maestro, D.
Timoteo Argüello, gran maestro y mejor persona. Este extraordinario hombre, era de Zamora y fuimos vecinos en las "casas nuevas". Yo, no pude ser su alumno por
razones de edad, tenía ya más de veinte. Sin embargo, sí tuve la suerte de reci-
bir sus conocimientos, en las llamadas "clases de adultos". Eran por la noche y
el abanico de alumnos, era amplio: los que leían y escribían deficientemente, y
los que queríamos aprender más. Jamás olvidaré a D. Timoteo y siempre estará en
mi memoria.

Yo fui el que opinó y no muy bien de Don Timoteo. Pongo el "Don" porque aprendí respeto y educación aunque pienso que el tratamiento de "tú" o de "usted" no está relacionado con el respeto. hay muchas veces que el tratamiento de "usted" es más por miedo e hipocresía. Yo siempre le decía a mi madre cuando hablaba de "doña" que no era masque ella por tener más tierras o más dinero, pero las cosas eran así.
A lo que iba. Este "maestro" fue un autentico representante de "la letra con sangre entra" y eso que su fuerte eran las matemáticas. Si sabías recibías, yo por suerte o por desgracia era de esos, si no eras muy hábil con las matemáticas en vez de ayudarte te humillaba y recibías el doble. Eran tiempos crueles y él era un representante de esa crueldad. Recuerdo el trato que le daba a su hijo Tinín, todavía se me ponen los pelos de punta. Posiblemente cuando llegaba a casa venía desahogado y también recuerdo que cuando mi padre le pagaba por las "permanencias" el trato era otro. Cuando mi padre me sacó de ellas por un ojo morado con esa vara que tenía empece a sufrir su rabia. Hay mucha gente que se acuerda de su correa, bonita herramienta para enseñar. Eran otros tiempos, hace muchos años pero todavía me acuerdo y me dan escalofríos. Siento ser tan explícito pero es la persona que ah pasado por mis muchos años de estudio a la que sencilamente ODIO.
He visto muchas cosas con la impotencia de no poder hacer nada porque pr lo que veo para alguno fue una bella persona pero a otros nos hizo mucho daño y, lo que es peor, no nos podíamos defender. Si tenía dos caras yo solo vi la mala. Que descanse- ... (ver texto completo)