Ante esta fotografía de las campanas de la Iglesia, me viene a la memoria una ocurrencia que tuvo D. Felix, cuando
todos eramos "mozos". Entre otras cosas, este párroco, que tantos años estuvo en Herrera, era famoso por sus ser-
mones tremendamente eternos. Pues bien, este hombre mandó colocar altavoces en la torre, para que sus sermones
llegasen a oidos de las personas, que por diversas causas se veían en la necesidad de trabajar en el campo los
Domingos. ¡Había que oirle!. ¡Qué cosas les decía!. Trabajar en días de fiesta, era pecado mortal y las llamas del
infierno les estaba esperando. ¡Qué insultos!. En fin, era D. Felix.
todos eramos "mozos". Entre otras cosas, este párroco, que tantos años estuvo en Herrera, era famoso por sus ser-
mones tremendamente eternos. Pues bien, este hombre mandó colocar altavoces en la torre, para que sus sermones
llegasen a oidos de las personas, que por diversas causas se veían en la necesidad de trabajar en el campo los
Domingos. ¡Había que oirle!. ¡Qué cosas les decía!. Trabajar en días de fiesta, era pecado mortal y las llamas del
infierno les estaba esperando. ¡Qué insultos!. En fin, era D. Felix.