Amigos foreros: hoy quiero dedicar a nuestro amigo Félix este pasaje histórico de la llegada de la luz eléctrica a Herrera de Pisuerga.
En las actas municipales del Ayuntamiento de Herrera se conservan algunas referencias al alumbrado público, que en los años finales del s. XIX se hacía mediante contrato con algún vecino que pudiera distribuir fluido para iluminar las calles durante los meses de invierno.
En 1855 hay alusiones al gasto de aceite del alumbrado público; lo mismo sucede en 1883 y 1885, años en que, según se indica en las actas municipales, en las calles había 20 farolas de petróleo que eran encendidas y apagadas por los serenos. En 1887 se habla de contratar el alumbrado público, pero no se ofrecen más datos, y lo mismo sucede el 24 de octubre de 1894, día en que los regidores acuerdan anunciar la subasta pública del servicio del alumbrado público, pero no se indican más detalles, a propósito de este asunto. El año siguiente no aparecen en las actas referencias a subastar públicamente el alumbrado; la única mención sobre este asunto aparece el 20 de octubre de 1895 al solicitarse un farol para el alumbrado de la calle Barquillo y travesía de la calle Traslaparra, lo que pone de manifiesto que seguía habiendo alumbrado público en los meses de invierno.
En 1896 se alude, de manera bastante detallada, al modo de llevarse a cabo el contrato del alumbrado público. El 13 de septiembre de dicho año de Don Federico Villanueva, propietario de la fábrica de harinas "La Piedad", en el río Burejo, ofrece establecer 35 lámparas eléctricas para el servicio público por el precio de 250 pesetas al mes durante 5 meses al año, o bien, por 200 pesetas al mes durante 8 meses al año; la instalación eléctrica la haría por precio de 300 pesetas a condición de que se le garantice un contrato de 10 años. La corporación no se muestra de acuerdo con las condiciones propuestas por D. Federico y le hace una oferta diferente: establecer las 35 luces por 8 meses al año a razón de 125 pesetas al mes, o bien, por 5 meses al año por 150 pesetas al mes, con los gastos de instalación por cuenta de Don Federico y con un contrato de un año. Las luces se instalarían donde dijera el Ayuntamiento y la falta de luz por causas imprevistas o por causa mayor disminuiría el pago proporcionalmente a partir del segundo día sin luz. No sabemos si el señor Villanueva se avino a aceptar las condiciones del Ayuntamiento o no. Lo que si sabemos es que n 1898 el municipio sigue tratando con D. Federico de estos asuntos: el 30 de octubre de dicho año se acuerda ofrecer al señor Villanueva 900 pesetas al mes por 36 luces, siendo de su cuenta la colocación y conservación de cuantos útiles necesitase el alumbrado durante los 6 años que duraría el contrato. Parece ser que esta proposición agradó al señor Villanueva pues el 6 de noviembre aceptó el contrato, el cual, sería firmado el 1 de enero de 1899.
Con lo que queda dicho se ha visto como e llevaba a cabo la contratación del alumbrado público y la preocupación del Ayuntamiento de Herrera por iluminar las calles en los meses del invierno, pues como se puede apreciar, los contratos venían a durar de 5 a 8 meses al año, lo que a partir del mes de octubre suponía tener luz en las calles hasta marzo o junio, según fuera la duración del contrato.
Como han cambiado los tiempos en relación al sistema eléctrico amigos, ahora tenemos en Herrera un alumbrado de bajo consumo con el que se consigue ahorrar dinero. Muy diferente al siglo XIX en el que se usaban las lámparas de aceite y petróleo. Saludos.
En las actas municipales del Ayuntamiento de Herrera se conservan algunas referencias al alumbrado público, que en los años finales del s. XIX se hacía mediante contrato con algún vecino que pudiera distribuir fluido para iluminar las calles durante los meses de invierno.
En 1855 hay alusiones al gasto de aceite del alumbrado público; lo mismo sucede en 1883 y 1885, años en que, según se indica en las actas municipales, en las calles había 20 farolas de petróleo que eran encendidas y apagadas por los serenos. En 1887 se habla de contratar el alumbrado público, pero no se ofrecen más datos, y lo mismo sucede el 24 de octubre de 1894, día en que los regidores acuerdan anunciar la subasta pública del servicio del alumbrado público, pero no se indican más detalles, a propósito de este asunto. El año siguiente no aparecen en las actas referencias a subastar públicamente el alumbrado; la única mención sobre este asunto aparece el 20 de octubre de 1895 al solicitarse un farol para el alumbrado de la calle Barquillo y travesía de la calle Traslaparra, lo que pone de manifiesto que seguía habiendo alumbrado público en los meses de invierno.
En 1896 se alude, de manera bastante detallada, al modo de llevarse a cabo el contrato del alumbrado público. El 13 de septiembre de dicho año de Don Federico Villanueva, propietario de la fábrica de harinas "La Piedad", en el río Burejo, ofrece establecer 35 lámparas eléctricas para el servicio público por el precio de 250 pesetas al mes durante 5 meses al año, o bien, por 200 pesetas al mes durante 8 meses al año; la instalación eléctrica la haría por precio de 300 pesetas a condición de que se le garantice un contrato de 10 años. La corporación no se muestra de acuerdo con las condiciones propuestas por D. Federico y le hace una oferta diferente: establecer las 35 luces por 8 meses al año a razón de 125 pesetas al mes, o bien, por 5 meses al año por 150 pesetas al mes, con los gastos de instalación por cuenta de Don Federico y con un contrato de un año. Las luces se instalarían donde dijera el Ayuntamiento y la falta de luz por causas imprevistas o por causa mayor disminuiría el pago proporcionalmente a partir del segundo día sin luz. No sabemos si el señor Villanueva se avino a aceptar las condiciones del Ayuntamiento o no. Lo que si sabemos es que n 1898 el municipio sigue tratando con D. Federico de estos asuntos: el 30 de octubre de dicho año se acuerda ofrecer al señor Villanueva 900 pesetas al mes por 36 luces, siendo de su cuenta la colocación y conservación de cuantos útiles necesitase el alumbrado durante los 6 años que duraría el contrato. Parece ser que esta proposición agradó al señor Villanueva pues el 6 de noviembre aceptó el contrato, el cual, sería firmado el 1 de enero de 1899.
Con lo que queda dicho se ha visto como e llevaba a cabo la contratación del alumbrado público y la preocupación del Ayuntamiento de Herrera por iluminar las calles en los meses del invierno, pues como se puede apreciar, los contratos venían a durar de 5 a 8 meses al año, lo que a partir del mes de octubre suponía tener luz en las calles hasta marzo o junio, según fuera la duración del contrato.
Como han cambiado los tiempos en relación al sistema eléctrico amigos, ahora tenemos en Herrera un alumbrado de bajo consumo con el que se consigue ahorrar dinero. Muy diferente al siglo XIX en el que se usaban las lámparas de aceite y petróleo. Saludos.
De matricula de Honor Luisa Mari! 1Toda la información sobre nuesto pueblo es digno de agradecer. Gracias por el tiempo que le has dedicado a recopilar esos datos tan interesantes. Sin duda Felix tiene que sentirse muy contento por tu dedicatoria.
Un besazo.
Un besazo.