Angel, Me ha encantado lo que cuentas de Herrera y Blas de Otero.
He encontrado esto:
Aquí viene, saltando, la Monse, que me dice que ahora llega Merche, y a la tarde nos vamos a las vaquillas de la aldea aledaña a Herrera de Pisuerga, con sus banderas nacionales manchadas de vino, tenderetes de anises, limonada, rosquillas, panderos. Le merqué a la Monse una docena de pasteles, al llegar a casa madre le dijo:
- ¿Quién os dio estos pasteles?
Dijo Merche:
-Nos los ha dado Blas.
- ¿No amargarán, hija mía?
Había conocido a Merche en las barracas (verbenas) de Bilbao. Moza castellana de pura cepa, me quiso honda y callada, pero presentía mi inquietud sin causa, así que comenzó a turbarse, a entristecerse y al fin, una noche, me escribió la carta manchada con lágrimas, y a la mañana siguiente tomó el tren para Palencia.
Merche. Jamás te olvidé.
He encontrado esto:
Aquí viene, saltando, la Monse, que me dice que ahora llega Merche, y a la tarde nos vamos a las vaquillas de la aldea aledaña a Herrera de Pisuerga, con sus banderas nacionales manchadas de vino, tenderetes de anises, limonada, rosquillas, panderos. Le merqué a la Monse una docena de pasteles, al llegar a casa madre le dijo:
- ¿Quién os dio estos pasteles?
Dijo Merche:
-Nos los ha dado Blas.
- ¿No amargarán, hija mía?
Había conocido a Merche en las barracas (verbenas) de Bilbao. Moza castellana de pura cepa, me quiso honda y callada, pero presentía mi inquietud sin causa, así que comenzó a turbarse, a entristecerse y al fin, una noche, me escribió la carta manchada con lágrimas, y a la mañana siguiente tomó el tren para Palencia.
Merche. Jamás te olvidé.