Para ir a la Cueva La Mora, tienes que coger la carretera de Zorita;
En realidad, està en este pueblo.
En realidad, està en este pueblo.
Sobre la cueva La Mora, en la novela "La Colmena", Camilo José Cela, hace referencia a unas cuevas en la provincia
de Palencia a la orilla del río Burejo.
El relato es corto y dice así: «Dorita tuvo un hijo, y el seminarista, en otro permiso en que volvió al pueblo, no
quiso ni verla.
-Es una mala mujer-decía-, un engendro del Enemigo, capaz de perder con arteras mañas al hombre más templado. ¡Apartemos la vista de élla!
A Dorita la echaron de su casa y anduvo una temporada vagando por los pueblos, con el niño colgado de sus pechos.
La criatura fué a morir, una noche, en unas cuevas que hay sobre el río BUREJO, en la provincia de Palencia. La
madre no dijo nada a nadie; le colgó unas piedras al cuello y lo tiró al río, a que se lo comieran las truchas. Des
pués, cuando ya no había remedio, se echó a llorar y estuvo cinco días metida en la cueva, sin ver a nadie y sin
comer.» (Todo parece indicar que, la cueva en sí, es la cueva La Mora, y que el escritor gallego conocía bien)
de Palencia a la orilla del río Burejo.
El relato es corto y dice así: «Dorita tuvo un hijo, y el seminarista, en otro permiso en que volvió al pueblo, no
quiso ni verla.
-Es una mala mujer-decía-, un engendro del Enemigo, capaz de perder con arteras mañas al hombre más templado. ¡Apartemos la vista de élla!
A Dorita la echaron de su casa y anduvo una temporada vagando por los pueblos, con el niño colgado de sus pechos.
La criatura fué a morir, una noche, en unas cuevas que hay sobre el río BUREJO, en la provincia de Palencia. La
madre no dijo nada a nadie; le colgó unas piedras al cuello y lo tiró al río, a que se lo comieran las truchas. Des
pués, cuando ya no había remedio, se echó a llorar y estuvo cinco días metida en la cueva, sin ver a nadie y sin
comer.» (Todo parece indicar que, la cueva en sí, es la cueva La Mora, y que el escritor gallego conocía bien)