Con que cariño recuerdo este
comercio y a las personas que lo atendían. Yo vivía justo en la
casa de enfrente y entrar en este comercio para fisgonear lo que tenían, parecía parada obligatoria. Este es uno de los muchos y grandes recuerdos que tengo de Herrera junto con sus cangrejos,
plaza,
rios,
parque etc. que maravilla de época.