Antiguamente en primavera, cuando los hortelanos errerenses veían el cielo como el que nos muestra esta foto, salian de prisa y ligeros de sus casas, bares o de donde estuvieran, para dirigirse a sus respectivas huertas para echar los zarzos de sus semilleros ante el daño que un inminente nublado pudiera causar en sus plantas de verduras y hortalizas. Como buenos hortelanos en todo momento estaban pendientes y mirando al cielo.