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Amigos foreros con motivo de las nuevas tumbas del siglo VI-VII que han aparecido en Herrera de Pisuerga, (y a petición de Emilio), os copio un mensaje que ya os mandé con anterioridad sobre la historia de los Visigodos en nuestra tierra.
LOS VISIGODOS EN HERRERA (1ª parte)
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En torno al 409 d. de C (siglo V) comienzan a llegar oleadas de pueblos bárbaros que han penetrado y destruido las fronteras del Imperio romano, entre ellos, los Visigodos. La crisis del Imperio ha reavivado las revueltas sociales y los pueblos de las montañas, herederos de los antiguos Cántabros, vuelven a asolar las tierras llanas, en torno a Herrera. Por eso Leovigildo en el siglo VI debe volver a armar la frontera, y Pisoraca vuelve a ser asentamiento militar, esta vez, de los Visigodos. Martinez Santa-Olalla, excavo en 1931-32, LA MUY IMPORTANTE NECRÓPOLIS VISIGODA DE HERRERA, que testimonia la existencia de una opulenta ciudad visigoda, con población desde fines del siglo V o comienzos del siglo VI, cuyos ajuares demuestran que hubo un contingente compuesto por elementos de la elite social visigoda y sólo abandonada durante el primer cuarto del siglo VIII, tras la invasión musulmana, tras cerca de 300 años de ocupación, para refugiarse en las montañas no lejanas de la cordillera cantábrica. En la zona de la actual Ermita de la Piedad, debió de haber una basílica visigoda, de la que se encontraron algunos vestigios de dichas excavaciones de 1931-32, centrada en la exhumación de tumbas de época visigoda y carácter cristiano. Muchos vestigios de aquellas excavaciones fueron a parar a colecciones particulares y museos extranjeros entre ellos los de Berlín y Hamburgo y parte del Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Fueron excavadas 52 sepulturas, la mayoría con ricos ajuares. Dichos ajuares se componían principalmente, los masculinos, de adornos personales, pequeños cuchillos, broches y fíbulas de cinturón. En cuanto a los femeninos, normalmente se componían de un par de fíbulas a la altura de los hombros para sujetar el manto, un broche de cinturón a la cintura y pendientes, collares, anillos y brazaletes, que generalmente aparecieron sobre el cuerpo. Estudiando las tipologías, los arqueólogos han datado la necrópolis entre el 500 y el siglo VII, algunas de tradición hispanorromana y otras, las más, netamente visigodas. Esto supone que la de Herrera sería la necrópolis visigoda más antigua de la provincia de Palencia, rápidamente ocupada, dado seguramente, su carácter estratégico, por un importante continente visigodo. Más antigua que, por ejemplo la necrópolis hallada en Pedrosa de la Vega, al Oeste de la Villa Romana de la Olmeda.
LOS VISIGODOS EN HERRERA (1ª parte)
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En torno al 409 d. de C (siglo V) comienzan a llegar oleadas de pueblos bárbaros que han penetrado y destruido las fronteras del Imperio romano, entre ellos, los Visigodos. La crisis del Imperio ha reavivado las revueltas sociales y los pueblos de las montañas, herederos de los antiguos Cántabros, vuelven a asolar las tierras llanas, en torno a Herrera. Por eso Leovigildo en el siglo VI debe volver a armar la frontera, y Pisoraca vuelve a ser asentamiento militar, esta vez, de los Visigodos. Martinez Santa-Olalla, excavo en 1931-32, LA MUY IMPORTANTE NECRÓPOLIS VISIGODA DE HERRERA, que testimonia la existencia de una opulenta ciudad visigoda, con población desde fines del siglo V o comienzos del siglo VI, cuyos ajuares demuestran que hubo un contingente compuesto por elementos de la elite social visigoda y sólo abandonada durante el primer cuarto del siglo VIII, tras la invasión musulmana, tras cerca de 300 años de ocupación, para refugiarse en las montañas no lejanas de la cordillera cantábrica. En la zona de la actual Ermita de la Piedad, debió de haber una basílica visigoda, de la que se encontraron algunos vestigios de dichas excavaciones de 1931-32, centrada en la exhumación de tumbas de época visigoda y carácter cristiano. Muchos vestigios de aquellas excavaciones fueron a parar a colecciones particulares y museos extranjeros entre ellos los de Berlín y Hamburgo y parte del Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Fueron excavadas 52 sepulturas, la mayoría con ricos ajuares. Dichos ajuares se componían principalmente, los masculinos, de adornos personales, pequeños cuchillos, broches y fíbulas de cinturón. En cuanto a los femeninos, normalmente se componían de un par de fíbulas a la altura de los hombros para sujetar el manto, un broche de cinturón a la cintura y pendientes, collares, anillos y brazaletes, que generalmente aparecieron sobre el cuerpo. Estudiando las tipologías, los arqueólogos han datado la necrópolis entre el 500 y el siglo VII, algunas de tradición hispanorromana y otras, las más, netamente visigodas. Esto supone que la de Herrera sería la necrópolis visigoda más antigua de la provincia de Palencia, rápidamente ocupada, dado seguramente, su carácter estratégico, por un importante continente visigodo. Más antigua que, por ejemplo la necrópolis hallada en Pedrosa de la Vega, al Oeste de la Villa Romana de la Olmeda.
