HERRERA DE PISUERGA: No le recuerdo, Ángel; aunque al leer su nombre algo...

LA PLAZA MAYOR
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Desde la antigüedad se hicieron en las ciudades Plazas, recintos amplios y céntricos, donde siempre había edifica-
ciones relevantes, donde no podía faltar el Ayuntamiento. Herrera no podía ser menos y tenemos una Plaza Mayor de
estilo castellano no exenta de belleza. En tiempos tuvo buenos comercios, una Farmacia y bares y Casino. Ahora, la
zona alta derecha, desde la Puerta Nueva hasta la zona donde cortó el pelo el inolvidable Valeriano, presenta una
enorme brecha. Desaparecieron las casas por incendio y derrumbe,ésto es una lástima, pero ahí está.
Y volviendo un poco a la infancia, la Plaza nos trae muchos bellos e inocentes juegos infantiles. Allí jugábamos
a la Pita, al Palmo, a la Garza etc. etc. Al Palmo jugábamos con chapas de cervezas y gaseosas, que en Herrera tenían
El nombre de Bonillas. A la Garza, con "Santos", que eran billetes de tren y las caras de las cajas de cerillas.
Había un señor que fumaba mucho, que recogía colillas para hacer cigarrillos con el tabaco. En el pórtico de la
Iglesia hacía buen acopio de éllas. Y el señor Paquillo, que así se llamaba, nos daba "Santos" y los chavales le
entregábamos colillas. Nunca supimos por qué el señor Paquillo tenía tantos "Santos".
También, la Plaza, aparte de ser la sala de juegos de los niños, nos aportaba otras cosas. Sus soportales, nos daban
sombra en verano y eran refugio de la lluvia y el frío en invierno. Sin olvidar, que el reloj del Ayuntamiento, nos
indicaba la hora de volver a casa. A grandes rasgos, y de una forma sencilla, así recuerdo a nuestra Plaza Mayor.
Luego ya, para terminar, no hay que olvidar la importancia que tenía durante las Fiestas, dando acogida a todo tipo de carruseles, casetas de tiro, tómbola, churrerías y los puestos de dulces en general. El montón de melones, y
las almendras garrapiñadas. Sin olvidar los postes para colocar los Fuegos Artificiales, el templete de la Banda de música; también los fotógrafos ambulantes, con sus decorados de fondo. Buenas tardes.

Voy a añadir algo a lo que nos describes, Ángel, sobre la Plaza Mayor:
¿Recordáis cuando había títeres? Algunos los veían desde los balcones del Casino y las casas cercanas; la mayoría llevaba banquillos y sillas de su casa y se colocaba formando un gran círculo en torno al escenario improvisado por los titiriteros. ¡Qué caras y ojos de sorpresa de los más pequeños al verles actuar! ¡Y qué risas de mayores y pequeños!
¿Y cuando un coplero los miércoles se colocaba en la parte baja de la plaza y relataba, a veces cantando, sucesos que nos impresionaban? Había algunas personas muy aficionadas a escucharle y coleccionaban las coplas editadas en tamaño octavilla?
Has citado los riquísimos melones que se vendían en la plaza durante las fiestas de la Piedad. Supongo que somos muchos quienes los recordamos cada vez que comemos algunos especialmente sabrosos.
El edificio del Ayuntamiento nos producía un especial respeto. Los niños no lo frecuentábamos, entrar en él era cosa de mayores para asuntos importantes.
Entrar y salir por la Puerta Nueva suponía en muchas ocasiones divertirnos de un modo especial o correr alguna aventura de las que no se olvidan.
Saludos a todos.

María Jesús, tienes mucha razón al recordar a los artistas de todo tipo que actuaron en la Plaza. Pero el que más
recuerdo dejó en Herrera, fué aquel simpático enano llamado Cosmín. Era un gran artista y se le cogió cariño en
Herrera. ¿Te acuerdas de él?

No le recuerdo, Ángel; aunque al leer su nombre algo parece que se está removiendo en mi memoria. ¿Puedes darnos algún detalle más? ¿Tal vez alguna canción que aplaudíamos y coreábamos?
Buenas noches a todos.