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HERRERA DE PISUERGA: Raúl Guerra Garrido...

Esta esclusa parece que es la 10, la de Castrillo de Riopisuerga. Da pánico cruzar este puente entre dos curvas. Y yo pregunto: ¿Quién consintió que se llevaran las piedras?, ¿Dónde han ido a parar?
Se perdieron la mayoría de las infraestructuras que dependían del canal, fueron dejando que se cayeran las edificaciones, las fábricas y nadie invirtió un duro hasta hace pocos años gracias al enfoque turístico

No me había encontrado con esta foto hasta ahora.
Han pasado años, ¿está ya arreglado el pretil?.
Seguro que marino9 lo sabe, voy a enviarle un mensaje.
Estaréis de preparativos para el II Encuentro; mucho ánimo para que todo vaya bien.
Un abrazo a todos

Había prometido poner el capítulo del libro CASTILLA EN CANAL; de Raúl Guerra, la última edición es de Ediciones Cálamo.
Ya he hablado con el autor y me dice que encantado con la publicación del capítulo referido a LA retención de San Andrés.
Seguro que os va a gustar; he copiado el capítulo de la primera edición. Lo que son las cosas: su referencia en el libro a "la maroma" ha contribuido a que algunos se interesaran y desde hace poco podamos disfrutar de una nueva barca y maroma.
Desde aquí, le damos las gracias por su libro y hasta podemos sugerir su nombre para ser pregonero en un festival del Cangrejo.. Pondré el capítulo en un nuevo mensaje.

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Portada

CASTILLA EN CANAL, Raúl Guerra Garrido
MUCHNIK EDITORES, 1ª edición, 1998

LA PRESA Y LA MAROMA

Según te aproximas, desde el sur, parece un castillo de juguete, una de esas arquitecturas que los niños construyen con sueltas piezas de colores, cuyo principal encanto radica en la ausencia de lo útil. Sus piezas son de perfecta fábrica de sillería, piedras de Brañosera con cien matices diferentes del ocre al rosa. Los dos templetes laterales se incorporan al conjunto con aire de almenas, de ahí el parecido. También colaboran al mismo dos enormes compuertas de hierro, similares a las de la 42, pero mayores y con aspecto de puente levadizo. Descansas apoyado en el pretil y hablas con el pescador; eres tú quien le provoca, “ya no son los que eran”, con respecto a los cangrejos de río. Merulo Barcenilla entra al trapo, “ ni lo serán, sólo quedan los americanos de repoblación que son cangrejos bravíos, parecen bichos con cabeza como de toro, oye, que te los encuentras bajo una junquera y te reciben de uñas con las pinzas en alto, que si te descuidas te cornean, con decirle que hay que partirles las patas a martillazos”. Estás en la presa de retención de San Andrés que forma un azud, igualando el nivel del Pisuerga con el del canal, para facilitar el cruce de ambos e impedir que las aguas canalizadas sigan el curso natural de las del río. Eso de que el Canal cruce un río sin puente aéreo o sifón subterráneo es algo que no aciertas a comprender a primera vista. De momento disfrutas de la arquitectura en que reposas; tardó ocho años en construirse y se finalizó en 1769, desde entonces visita obligada para los viajeros de la Ilustración. (….)
Caminas hacia el cruce de las aguas confiando en averiguar cómo se las arregla el Canal; quizá sepa bucear. Lo haces por su orilla derecha, por una parva que más parece trocha de selva, tan espesa es la trama de chopo, espino, zarza, majuelo y agavanzo tapaculos. Cuando alcanzas su ribera, el Pisuerga, el Pisuerga te emociona, por su anchura e historia es un río europeo. Sus aguas, comparadas con las compañeras habituales de tu marcha parecen cristalinas. Tanto que incluso estás dispuesto a creer la hazaña de Merulo, por aquí pescó “una trucha de cinco kilos grande como un bonito”. Justo enfrente, el canal desemboca en el río, el cómo las barcazas podían alcanzar el tramo que en donde te hallas comienza no es un enigma, tiene una explicación y tratas de dar con ella. Te han hablado de un algo o de algún lugar al que llaman la Maroma. Tratas de localizarla. Semioculta entre la pobeda das con una arqueta de riego, la construcción de piedra es similar a una almenara, pero cuando no encuentras ninguna puerta y la sabes maciza como un único bloque, su utilidad se te escapa. Extraña arquitectura, si fueras ufólogo ya estarías pensando en la ovnipotencia de los extraterrestes: bien podría ser testimonio y timbre de alarma como el paralelepípedo de la odisea del espacio 2001. Encuentras un único hueco o habitable, un orificio que en forma de T atraviesa el arca de parte a parte y el rompecabezas cobra forma. La edificación no es habitáculo sino soporte, por su hueco se halaba la maroma de una balsa en la cual las mulas vadeaban el Pisuerga. Una vez en esta orilla, los animales reanudaban el tiro y la barca cruzaba el cauce fluvial en busca del suyo propio; buen pulso debería tener el timonel para no dejarse arrastrar por la corriente. Un objeto volador no identificado ameriza muy lejos de la maroma, con los prismáticos identificas al hermoso azulón.

Raúl Guerra Garrido

Castilla en Canal

Col. Pasajero

396 páginas

29 €

978-84-96932-10-4

Nº edición: 1

«Abundante en referencias históricas y culturales de amplio espectro, Castilla en Canal es un interesante ejercicio de recuperación de la memoria histórica, o de memoria paisajística, que es de lo que realmente trata el libro: ¿qué sabemos exactamente del destino de un canal de 207 kilómetros que se construyó en Castilla en el siglo XVIII?» (J. Ernesto Ayala-Dip – Babelia-El País). La construcción de un canal que uniera Castilla con el Cantábrico fue uno de los proyectos civiles más ambiciosos del siglo XVIII en España. Tras recorrerlo a pie, Raúl Guerra Garrido no solo nos acerca con este libro a una época, sino a aquella empresa de gran ambición y valor simbólico. Castilla en canal es la historia de una mentalidad humanista y visionaria, que se explica por el deseo de progreso, pero también por la ingenuidad y el entusiasmo con el que el hombre siempre ha acometido las grandes obras.