De Apuntes Históricos de D. Miguel Ángel Ortiz, algo curioso de la Cofradía de la Vera Cruz.
ATENCIÓN A ENFERMOS Y DIFUNTOS.
«En. la lectura de las Reglas se advierte un gran sentido de fraternidad y caridad hacia los más débiles.
Si algún hermano enfermo a punto de morir pidiere "veladores", los mayordomos de la Cofradía han de enviar dos
cofrades, los más próximos en cuanto al lugar, para la primera noche; y si no muriere otros dos, así hasta que
nuestro Señor lo lleve o le dé Salud. La no asistencia tenía una penalización de una libra de cera. A la muerte de
Un hermano cofrade, tan pronto como se tenga noticia de ello, se manda al muñidor, vaya por las calles tocando la
campana de la Cofradía -parece que aún se conserva- tocándola y haciendo saber tal acontecimiento.
Cuando se toque el clamor de entierro, de nuevo el muñidor tañerá el esquilón; reunidos los cofrades con la Cruz
verde acompañan a la clerecía hasta la casa del difunto. Llegados, el guardacera repartirá a los Hermanos una ve-
la prendida y acompañará hasta la Iglesia hasta que se diga el responso final.
Los Mayordomos han de avisar a los Hermanos que han de llevar el cadáver desde la casa a la Iglesia y a la
sepultura.
ATENCIÓN A ENFERMOS Y DIFUNTOS.
«En. la lectura de las Reglas se advierte un gran sentido de fraternidad y caridad hacia los más débiles.
Si algún hermano enfermo a punto de morir pidiere "veladores", los mayordomos de la Cofradía han de enviar dos
cofrades, los más próximos en cuanto al lugar, para la primera noche; y si no muriere otros dos, así hasta que
nuestro Señor lo lleve o le dé Salud. La no asistencia tenía una penalización de una libra de cera. A la muerte de
Un hermano cofrade, tan pronto como se tenga noticia de ello, se manda al muñidor, vaya por las calles tocando la
campana de la Cofradía -parece que aún se conserva- tocándola y haciendo saber tal acontecimiento.
Cuando se toque el clamor de entierro, de nuevo el muñidor tañerá el esquilón; reunidos los cofrades con la Cruz
verde acompañan a la clerecía hasta la casa del difunto. Llegados, el guardacera repartirá a los Hermanos una ve-
la prendida y acompañará hasta la Iglesia hasta que se diga el responso final.
Los Mayordomos han de avisar a los Hermanos que han de llevar el cadáver desde la casa a la Iglesia y a la
sepultura.