Que atrás han quedado esos tiempos en que el “servus” o betún eran parte de la cotidianeidad durante la niñez. Los zapatos había que llevarlos limpios, brillantes, sin polvo. No recuerdo que saliéramos de casa con los zapatos sucios. Y qué decir de los zapatos del uniforme del colegio. Teníamos que asegurarnos de que estaban limpios para ponérnoslos al día siguiente. La caja para mi más familiar de la foto es la redonda, amarilla, de la marca Servus.