Ahora le estarán diciendo adiós a Javi. Siempre faltan las palabras cuando se trata de despedirse de las caras buenas y afables que encuentras cuando llegas a Herrera. Yo siempre recordaré su inconfundible voz que pese a esa cruel enfermedad, permanecerá para siempre, de sus charlas y conversaciones contándome cosas que yo no sabía de Herrera y sobre todo, de aquella vez que me evitó una buena multa por dejar el coche donde no debía, o incluso no hace tanto, de este mismo verano cuando tuvo el detalle de visitar a mi madre ingresada en el hospital de Palencia. En fin, ahora me vienen a la memoria muchas cosas y me entra una congoja saber que ya no le podré saludar una vez más. De nuevo, se ha ido demasiado pronto. Un beso a Mari, a Christian y a Jara y a toda la gran familia que les acompaña. Lo siento mucho. Adiós, Javi.
(La Lydia)
(La Lydia)