Entrañables fotografías las que has compartido, Gigantea. Gracias!
Para los niños de mi época que no conocíamos ni un parque de atracciones, ni por supuesto uno temático como los que hay ahora, ver plantar los caballitos era lo más emocionante que podíamos imaginar, eso quería decir que ¡empezabas las Fiestas! De pequeña mi favorito era un autobús en miniatura que compartíamos toda una chiguitada. Después ya con las amigas pasamos a las cadenas. Les dábamos vueltas y vueltas y las dejábamos ir para que el viaje tuviera aún más emoción. Para nosotras fue como una tradición, hasta bien grandotas estuvimos montándonos año tras año en ellas. La última vez que nos subimos juntas fue en el Cangrejo del 78, con 17 añazos ya, y no con poca dificultad para encajar el "pandero" en aquella silla que cada vez era más pequeña. Ese año los caballitos estaban en las Cuatro Esquinas, en el solar donde hoy está el edificio de Caja España. Entre risas y alegrías, ese fue el último viaje que hicimos juntas las cuatro amigas, era un viaje de despedida aunque en ese momento no lo supiéramos, pero a mí no se me ha olvidado y supongo que a ellas tampoco. De todas formas, benditos caballitos por los momentos tan felices que nos hicieron pasar. Chus
Para los niños de mi época que no conocíamos ni un parque de atracciones, ni por supuesto uno temático como los que hay ahora, ver plantar los caballitos era lo más emocionante que podíamos imaginar, eso quería decir que ¡empezabas las Fiestas! De pequeña mi favorito era un autobús en miniatura que compartíamos toda una chiguitada. Después ya con las amigas pasamos a las cadenas. Les dábamos vueltas y vueltas y las dejábamos ir para que el viaje tuviera aún más emoción. Para nosotras fue como una tradición, hasta bien grandotas estuvimos montándonos año tras año en ellas. La última vez que nos subimos juntas fue en el Cangrejo del 78, con 17 añazos ya, y no con poca dificultad para encajar el "pandero" en aquella silla que cada vez era más pequeña. Ese año los caballitos estaban en las Cuatro Esquinas, en el solar donde hoy está el edificio de Caja España. Entre risas y alegrías, ese fue el último viaje que hicimos juntas las cuatro amigas, era un viaje de despedida aunque en ese momento no lo supiéramos, pero a mí no se me ha olvidado y supongo que a ellas tampoco. De todas formas, benditos caballitos por los momentos tan felices que nos hicieron pasar. Chus
¡Qué recuerdos y qué ilusión ver las cadenas! ¡Cuánto y cuántos nos hemos divertido! Me ha encantado volver a verlas y leer lo bien que lo pasamos todos.